Chenoa es una mujer que no deja indiferente: gusta, o no gusta. Provocadora en sus respuestas, la intérprete enarbola la bandera de la franqueza con unas confesiones que nos permiten conocer, sin trampa ni cartón, qué piensa y qué siente. Es el mejor regalo que puede hacerles a aquellos que, diez años después de su salida de "Operación Triunfo", aún la siguen con una fidelidad a prueba de bombas.

-La vemos en el videoclip de Como un fantasma muy atrevida… Casi sin ropa… ¿Se atrevería con un desnudo total?

-No. Yo soy muy respetuosa y muy pudorosa. Prefiero insinuar que enseñar. Soy más partidaria de la imaginación y el misterio. La mente es muy divertida y muy curiosa. Pertenezco a una familia con muchos principios éticos y morales. En un mundo de tanto libertinaje se confunde rebeldía con mala educación. No lo haría por respeto a mi gente.

-Sea como sea, nunca ha renunciado a su físico...

-Va en función de tu objetivo. La estética está bien pero no es real. ¿Por qué voy a estar cuatro kilos debajo de mi peso para que, en televisión, dé mejor? Me da igual y eso lo tengo que tener claro yo. El hecho de ser artista tiene exigencias que no son normales. Hay diversidad y yo soy una opción.

-Una década de OT... ¿Qué queda de aquello?

-Estábamos alucinados con todo lo pasado y permanece lo mejor.

-Dicen que, para la próxima edición de Eurovisión, ya que, entonces, iba en el coro con Rosa, le tocaría representarnos a usted… ¿Le gustaría?

-Llevo dos años siendo elegida por los "eurofans". Es una confianza que me emociona pero entran muchos factores: el tema, el autor… Ahí sí opinaría porque, representar a tu país en un concierto, es mucho.

-Algunos amores han quedado en el camino...

-Sí. Y algunos muy buenos y muy bonitos. No tengo malos pensamientos. Fracasar es no enamorarse. Eso sí es feo pero yo tengo historias preciosas.

-¿Hacemos espiritismo con sus fantasmas?

-¡Bueno! ¡Vale! (risas)

-A ver… David Bisbal… Hay rumores sobre su reconciliación…

-No es un tema que yo he desmenuzado. Por eso hay morbo. Ahora me pongo de espectadora y, claro, entiendo que se habrá vivido, desde fuera, de una forma estupenda porque así fue. Tuve un compañero. Estaba en mi misma sintonía y el complemento era perfecto. Fue un shock en todos los sentidos. Casi cuatro años…

-Fue muy emocionante cuando las cámaras la grabaron confesando su problema…

-Me pillaron fatal. No soy de transmitir cosas de ésas. Me encontraron destrozada y era normal. Todo el mundo venía por la calle para "achucharme" e invitarme a un "puchero" a su casa (risas). Me sentí "superquerida" pero también fue muy duro

-¿A un artista, sentimentalmente, solo lo entiende otro artista?

-Sí y no. Yo he tenido relaciones con gente que no era conocida y también hubo comunicación aunque tenía que ser cuidadosa. Solo tienes que, sin esconder, saber protegerlos.

-Otro fantasma… Álex González…

-Estoy muy contenta y orgullosa de él. Le va muy bien. Ha hecho X Men y es muy trabajador. Lo tiene muy claro.

-¿Alain Cornejo?

-Un año estupendo. Pertenece al medio pero, a veces, las historias no funcionan y ya está. Hay que tenerlo claro y, con cierta edad, más. No se profundiza ni se mete el dedo en la llaga y así se termina de forma más afable.

-¿Y ahora qué pasa? ¿Nada nuevo?

-Cuando estoy soltera, me "encasquetan" a cinco y, si no, me embarazan. No es obligatorio casarse, ni tener hijos. Las mujeres que no hacemos eso no somos raras ni complicadas. Hemos decidido ir por otro lado. Igual que un hombre. Dejemos los clichés y no seamos tan machistas. Tengo sobrinos y los hijos son un parón que no sé si podré asumir… No es cuestión de fracasar. Yo no soy la extraña.