Las buenas relaciones entre Navantia y la Armada de Venezuela podrían atraer más negocio para los astilleros gaditanos. Ayer, en el acto de bautizo del Warao, segundo Patrullero Oceánico de Vigilancia de la Zona Económica Exclusiva (POVZEE) que Navantia construye para este país sudamericano, fue el embajador de Venezuela en España, Julián Isaías Rodríguez, quien reconoció la posibilidad de que la relación comercial entre ambos países aumente. De hecho, aseguró que "en la última reunión de la delegación de España encabezada por Moratinos se habló de ese tema con el presidente de la República y no quedó descartada la posibilidad".

El embajador añadió que, en caso de que fructufique la negociación, se construirían buques similares a los ya contratados con Navantia "porque es lo que estamos necesitando, puesto que con la ley de Pesca hemos establecido en todo el litoral un control serio para que los grandes barcos de pesca no acaben con el pescado". Rodríguez indicó que no hay establecido ningún calendario para retomar este asunto, pero recordó que "queda la opción de contratar un patrullero oceánico adicional".

Por su parte, el director de la Unidad de Producción San Fernando-Puerto Real, Fernando Miguélez, confirmó que, efectivamente, se está llevando a cabo una intensa labor comercial entre ambas partes. Así, el responsable de Navantia en estos centros comentó que "Venezuela es ahora nuestro mejor cliente y estamos trabajando duramente con ellos para tratar de ver las posibilidades de continuar con esta relación. Es evidente que necesitan más buques, tanto para su armada como para otras misiones. Hemos hecho varios anteproyectos y es una relación que estamos fomentando".

En ese sentido, matizó que la necesidad venezolana se refiere tanto a buques civiles como militares, así como buques militares con misiones civiles. "Por ejemplo, buques oceanográficos sería otra de las posibilidades que estamos viendo. Estamos explorando esa posibilidad y también la de continuar con la relación de transferencia de tecnología en el astillero que estamos apadrinando allí en Venezuela y seguir construyendo con ellos allí. Es una operación viva y, mientras estén contentos con nosotros, que yo creo que lo están, pues la cosa irá muy bien".

En esta relación comercial con Venezuela abundó el alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso, quien además de reconocer el esfuerzo de los trabajadores de plantilla y de contratas, insistió en que "se trata de una apreciación muy particular, que Venezuela puede ser uno de los mercados más importantes donde la presencia naval española cobre relevancia". Claro que, para ello, según Barroso, hace falta "respeto hacia Hugo Chávez, el hombre que quizás más veces ha pasado por el tamiz de un proceso electoral y es el hombre que ha propiciado con sus acuerdos que exista el trabajo que se está dando en la Bahía".

Y es que el astillero de Puerto Real volvió a ser ayer el centro neurálgico de la Armada de Venezuela. A miles de kilómetros del Caribe, nunca antes Hugo Chávez estuvo tan presente en la Bahía como ayer. Y lo estuvo en boca de sus máximos representantes militares; del presidente de Navantia, Aurelio Martínez; y del alcalde de Puerto Real. Los tres agradecieron al presidente venezolano que buques como el bautizado ayer, el Warao, den trabajo a miles de hombres en Cádiz, "donde peores tasas de desempleo hay en Andalucía", recordaron los representantes venezolanos.

Lo cierto es que, más allá de discursos políticos, la Armada de Venezuela es a día de hoy el principal cliente de la empresa pública de construcción naval Navantia. Ayer se bautizó el segundo Patrullero Oceánico de Vigilancia de la Zona Económica Exclusiva (POVZEE), llamado Warao en honor de la tribu más antigua de Venezuela y que significa "hombres de mar". Quedan otros dos de esta serie de cuatro por entregar, a los que hay que unir otros cuatro, de Vigilancia Litoral.

El bautismo del Warao, a las 13:00 horas, corrió a cargo de la madrileña Soledad Villafaña de Aniasi. A su término sonaron las bocinas del astillero y la banda de música del TEAR de San Fernando interpretó los himnos de Venezuela y España.

El buque, puesto a flote durante este pasado fin de semana, es el segundo de una serie de cuatro cuya construcción se inició en septiembre de 2008, y la puesta de quilla se produjo el 12 de mayo de 2009. Los buques como el bautizado ayer podrán desempeñar diferentes misiones, en especial la de vigilancia y protección de la zona económica exclusiva.