La Estrella

La inocencia que viene de San José

  • La Estrella abre la Semana Santa oficial con sus formas y pone a casi 700 nazarenos en la calle.

AUNQUE ya llevemos años con un magnífico preludio en las cofradías de vísperas, para los que ya peinamos canas el verdadero comienzo de nuestra Semana Mayor se sitúa el Domingo de Ramos en la puerta trasera de la Escuela de San José, el viejo almacén de diezmos de la Archidiócesis hispalense, que por obra y gracia de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, se convirtió en un lugar donde miles de jerezanos aprendieron a vivir y a caminar por la vida. 

Lejos empiezan a quedar aquellos años en que los corazones cofrades estaban en un puño por lo incierto de los partes meteorológicos: con un sol brillante que parece que no va a abandonarnos durante toda la semana, la cruz de Guía obra de los hermanos Buzón, dio paso al río de capirotes de raso azul y a la algarabía de pequeños nazarenos y rubias palmas. Casi setecientas túnicas, incluidos los más pequeños, ha puesto este año en la calle de neto sabor lasaliano y eternas hechuras juveniles, volviendo a demostrar, una vez más, orden y disciplina, formalidad y buena organización. 

El paso de Misterio, que calza cuarenta costaleros magistralmente dirigidos por la voz de Martín Gómez Moreno, asomaba por la angosta puerta de la capilla de San José, buscando el patio y la trasera del templo del evangelista San Marcos. Fieles a la tradición, el paso del Señor Triunfante iba sobriamente exornado de claveles rojos y la ya clásica y soberbia palmera obra de Miguel Pérez Carrillo, que ayuda a situar la escena en el Jerusalén del siglo I de nuestra era. El acompañamiento musical ha corrido este año a cargo de Banda de Cornetas y Tambores del Rosario de Arriate (Málaga).

Una nota a destacar en el cortejo es la presencia de los banderines de los tres centros que la congregación de La Salle tiene en nuestra ciudad, signo del profundo espíritu lasaliano de esta cofradía. 

Por segundo año, la cofradía ha hecho entrega, en la persona de una de las nietas de Juan Buzón, autor de la cruz de guía de esta hermandad, de una palma rizada en el palquillo de toma de hora, palma que presidirá toda la Semana Mayor y que ha sido regalada por la hermandad de la Borriquita de Sevilla. En esta ocasión, y atendiendo a los ruegos de la Unión de Hermandades, un crespón negro se encargará de recordar a todos los cristianos perseguidos en el mundo por el único motivo del odio a su fe.

Por último, cerrando esta explosión de alegría que inunda nuestras calles, el palio con la bendita imagen de Nuestra Señora de la Estrella, madre de todos los lasalianos, obra que saliera de las gubias del sevillano Sebastián Santos, luciendo el manto que le bordar el astigitano Jesús Rosado con motivo del cincuentenario de su bendición y con un exquisito arreglo floral a base de claveles blancos y azahares. Treinta costaleros, hermanos también de la Cofradía, portaban a la Dolorosa a las órdenes de Manuel Serrano, con los magistrales acordes de la Banda Municipal Enrique Galán de la vecina localidad de Rota.

A reseñar, en el trayecto de vuelta hacia su sede canónica, el paso por la cuesta de Limones y la Basílica de Nuestra Señora del Carmen Coronada, preludio del espectacular paso por Tornería en la b

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