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El palio rojo del Desamparo

  • La hermandad del Prendimiento acomete, no sin dificultades, la restauración de esta joya de las cofradías

La belleza del palio del Desamparo visto desde la trasera.

La belleza del palio del Desamparo visto desde la trasera.

Las cofradías jerezanas tienen en su haber verdaderas joyas patrimoniales que hace que su Semana Santa sea de las grandes de España. De eso no cabe duda. Muchos son los ejemplos que se podrían exponer en un catálogo que desde estas páginas cofrades se irán publicando, cuando haya menester, durante el largo tiempo de espera que queda por delante hasta ver la cruz de guía de la Borriquita avanzando por ese palquillo imaginario que nadie, a día de hoy, coloca en la ciudad.

Como preámbulo a esta serie de reportajes que se irán publicando sin orden en el tiempo y sin escala de valores artísticos -tan sólo el consenso en el mundillo cofrade de que es incuestionable el valor histórico de cada obra de arte que mantienen las hermandades- hoy traemos un peso pesado: el palio de la Virgen del Desamparo. Una obra que iremos desgranando desde su origen histórico hasta su importancia para colocarnos en el presente en el que vive la hermandad del Prendimiento para que esta joya no se pierda del catálogo de grandes obras de las cofradías de la ciudad.

Este palio tiene una significación histórica indiscutible. Para hacer llegar a la razón que nos responde a tanta belleza entre los bordados que en su día hiciera Esperanza Elena Caro, hay que remontarse a los primeros años del siglo pasado cuando el genial diseñador sevillano Juan Manuel Rodríguez Ojeda se dispusiera a hacer su segundo palio para la Virgen de su devoción: La Esperanza Macarena. A finales del XIX, Rodríguez Ojeda diseñó un precioso palio de corte clásico para la Reina de San Gil que finalmente la hermandad le cede al mismo bordador como medida compensatoria de cara a sufragar los costes del nuevo que se iba a acometer. Un palio negro bellísimo que Juan Manuel vende posteriormente a la hermandad de la Estrella de Sevilla y que forma parte del patrimonio histórico de las cofradías hispalenses.

Juan Manuel Rodríguez Ojeda ya tenía prefijado el que sería el nuevo diseño de palio que se iba a exportar al resto de las cofradías de Andalucía. En el año 1903 apunta con el paso que le hace a la Dolorosa de San Juan de la Palma de Sevilla, una preciosa obra que rompe las líneas estilísticas aportando una gracia inimaginable en otros tiempos con recortes acabados en punta sobre las bambalinas y crestería en el friso superior. Se trata del paso de palio que hoy en día procesiona en Jerez con la Virgen del Desconsuelo al ser comprado por la hermandad de San Mateo. Afortunadamente una joya de la que se dará rendida cuenta en su momento.

En el año 1908, tras hacer la primera prueba con la cofradía del Silencio Blanco de Sevilla, se atreve a romper definitivamente con el concepto de palio llevado a cabo hasta el momento y culmina todo este proyecto con el que le hace a la hermandad de San Gil. El que fue denominado como palio rojo de la Macarena. La característica fundamental de este paso que asombró a propios y extraños y que se convertiría en prototipo del palio en la Semana Santa andaluza era la incursión de la malla en las caídas. Estando los motivos naturales recreados en la parte superior en terciopelo para ir adaptándose a la malla y rematar con las bellotas haciendo un dibujo de corte cargado de gracia y elegancia ya no sólo a la misma vista, sino en el juego del movimiento cuando anda.

Las caídas -eje que daba forma a las líneas estilísticas juanmanuelinas- desgraciadamente, fueron desmochadas por un 'iluminado' que pasó por la junta de gobierno y decidió repartirlo entre sayas, enseres y mantos de camarín de la Virgen. Con lo que se perdió diluyéndose en el rico patrimonio de la hermandad. Tras un desafortunado intento de rememorar estas caídas por parte de Victoria Caro en 1940, concretamente en los primeros años de la década de los sesenta, la junta de gobierno decide encargarle a Esperanza Elena Caro una reinterpretación del famoso palio de Juan Manuel. Bajo un diseño inspirado en las antiguas bambalinas, Ignacio Gómez Millán aporta el diseño y los talleres de Elena Caro se encargan de llevarlo a cabo. Algunos especialistas en la materia aseguran que no tiene nada que ver con el original de Rodríguez Ojeda, pero nadie puede discutir la valía de este palio que se reinterpretó de manera magistral por Esperanza Elena.

El magnífico palio que cada Miércoles Santo pasea la hermandad del Prendimiento por las calles de Jerez tiene una calidad artística y una riqueza fuera de toda duda. Y su peso lo encontramos cuando Pedro Domecq de la Riva, prioste de la hermandad de Santiago, encarga a los talleres de Esperanza Elena Caro un palio en el año 1949 tras ver la obra que este taller había hecho para la Esperanza de la Yedra años antes de manos de su hermano Manuel. Elena Caro le debió de proponer la recreación del conocido palio rojo de la Macarena. Y así, bajo un diseño de Manuel Elena Caro, se reinterpreta este palio junamanuelino que la Macarena hizo desaparecer a primeros del siglo XX. Primero es el manto y posteriormente acomete en el año 1950 las caídas que es el elemento que más le identifica con el famoso palio rojo. Todo ello lo cuenta magníficamente bien Antonio de la Rosa en un estudio que tiene hecho sobre esta obra.

En la década de los sesenta se prosigue con el techo de palio y sigue llevando una misma inspiración en la obra de Juan Manuel. Y así hasta llegar al año 1964 en la que participa también Genoveva de Hoyos, marquesa de la Puebla de los Infantes y que pagó las últimas ejecuciones como fueron los faldones y los magníficos respiraderos de malla sobre baquetón.

Destacar que la primera recreación de este mítico palio de Juan Manuel la lleva a cabo Esperanza Elena Caro con este palio del Desamparo. Después vendría la que le hiciera a la Macarena con posterioridad con lo que la obra, históricamente hablando, es de una valía indiscutible.

Actualmente, esta joya se ha convertido en un auténtico problema para la junta de gobierno. En el año 2015, la junta que presidía Manuel Fernández, aprueba bajo cabildo de hermanos la restauración íntegra del palio que está llevando a cabo Jesús Rosado.

José Lázaro Álvarez Chacón, actual hermano mayor, prosigue con su junta con este proyecto importante pero ciertamente complicado por los costes que conlleva una restauración de este calado. "Se han restaurado faldones, respiraderos, varales, candelabros de cola y peana. Pero ahora queda lo importante que son las caídas", subraya José Lázaro. El techo de palio está sujeto a una estructura de hierro que se va a sustituir por un material menos pesado. Al parecer no se encuentra en tan malas condiciones. Al igual que el manto que parece necesitar un limpiado a fondo. Sin embargo, las maravillosas caídas de malla están muy deterioradas. "Estuvo durante muchos años en un pequeño cuarto de mayordomía que teníamos en Santiago en el que había muchísima humedad. Todo eso le ha pasado factura y ciertamente está en una condiciones que se hace urgente la restauración", considera el hermano mayor.

La malla está desprendida en algunas zonas por el continuo chocar con los varales y los maravillosos motivos que de bordados están bastantes deteriorados. La ejecución se basa en la sustitución de la malla original, reposición o sustitución de aquellos motivos irrecuperables y pasado a terciopelo nuevo.

Todo un 'miura' con el que la hermandad tiene que batallar. Posiblemente sería hasta más barato hacer uno nuevo. Sin embargo, esto ni pasa por la cabeza de los hermanos del Prendimiento porque una joya como la que tienen es insustituible.

El palio de la Virgen de Desamparo es un modelo que reinterpretó la familia Elena Caro de una idealización de un genio que revolucionó la Semana Santa de Andalucía y del resto del mundo: el gran Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Con motivo de la vuelta de la hermandad a su templo de Santiago, en la procesión extraordinaria que se llevó a cabo, estuvieron presentes cofrades de la junta de gobierno de la Macarena que estuvieron observando el palio de la Virgen del Desamparo. Quedaron sorprendidos con la similitud del actual que pasea la Esperanza Macarena cada 'Madrugá' sevillana. Y añadieron sin dolerle prendas que "este es más completo que el de la Esperanza Nuestra". No sabríamos decir cuál es más bueno. Si se puede aseverar que se trata de dos obras imperecederas. Una está en Jerez; y la ciudad no se puede permitir perderla como consecuencia del deterioro del tiempo.

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