La factura del coronavirus para la economía malagueña estará este año entre los 3.359 y los 5.020 millones de euros. Así lo estima Analistas Económicos de Andalucía, la sociedad de estudios de Unicaja Banco, que en su último informe publicado este jueves apunta que el Producto Interior Bruto de Málaga (PIB) descenderá en 2020 entre un 9,3% en un escenario más favorable y un 13,9% en un escenario menos favorable.

El PIB provincial en 2019 alcanzó los 36.120 millones de euros, lo que representó el 20,9% del total andaluz y un 2,7% más que en 2018. La crisis sanitaria y social provocada por el Covid19 va a suponer no solo que no haya crecimiento este año sino que la caída va a ser de órdago, mayor incluso que en los peores años de la crisis inmobiliaria y financiera de finales de la década pasada.

A Málaga le ha sentado especialmente mal esta irrupción del coronavirus por la dependencia del turismo en su economía, hasta el punto que, según Analistas, será la provincia que más sufrirá este año. La media andaluza implica un descenso de entre un 8,4 y un 11,5%. Si la recuperación es relativamente rápida, es decir, el escenario más favorable, el descenso del PIB será igualmente histórico pues la horquilla va desde el -7,8% estimado para Almería al -9,3% de Málaga. Si la recuperación se retrasa y todos los sectores económicos sufren, especialmente servicios con los hoteles, la hostelería o el comercio, todas las provincias andaluzas caerán más de un 10%, siendo Jaén la menos perjudicada (-10,1%) y Málaga, de nuevo, la más castigada (-13,9%).

Hay que cruzar los dedos para que la economía pueda recobrar el aliento porque un desplome del PIB del 13,9% en Málaga en un solo año, por mucho efecto rebote que pueda haber en 2021, es difícil de recomponer. En cualquier caso, como todo en esta crisis, es incertidumbre. Desde Analistas Económicos reconocen que esa disminución del PIB podría ser incluso mayor. “En el actual contexto, las perspectivas económicas están sometidas a una incertidumbre muy elevada y la realización de proyecciones resulta compleja, por lo que deben ser tomadas con cautela. Partiendo de determinadas hipótesis con respecto a la duración del periodo de confinamiento y el proceso de desescalada, Analistas Económicos de Andalucía estima que, en el conjunto de 2020, el PIB andaluz podría descender entre un 8,4% y un 11,5%, aunque no puede descartarse un mayor descenso”, exponen.

Un desplome del PIB del 13,9% en Málaga en un solo año, por mucho efecto rebote que pueda haber en 2021, es difícil de recomponer.

En el caso de Málaga será clave ver qué ocurre con el turismo. España confía en empezar a captar a viajeros internacionales entre finales de junio y julio e incluso compañías como Ryanair –líder en el aeropuerto de Málaga- ya tiene vuelos programados a finales de junio desde la Costa del Sol a Londres o Berlín, entre otros destinos. Pero la incógnita no está solo en cuándo podrán volar los turistas extranjeros sino si querrán hacerlo, dado que el Covid-19 está en las calles y muchos de los viajeros que visitan Málaga cada año tienen más de 65 años, es decir, son población de riesgo.

En función del número de reservas hoteleras que pueda haber –nacionales o internacionales- actuarán los hoteles que, en cualquier caso, tendrán que reducir sus aforos y tener unas especiales medidas de seguridad en sus instalaciones para evitar la propagación del virus. Varios hoteleros, entre los que se encuentran el presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Luis Callejón, llevan varias semanas diciendo por activa y por pasiva que el verano está perdido y rezan porque pueda recuperarse el sector para el verano de 2021 ya que ni siquiera es seguro que pueda haber una vacuna para inicios del próximo año y, en caso de haberla, habría que ver qué capacidad de fabricación tienen para atender a una demanda mundial.

Una camarera atiende en un bar de Málaga

Si hay menos turistas hay una repercusión negativa y directa en los restaurantes o los comercios de la provincia. Eso se traduce en menos facturación, menos empleo, cierre de negocios… Todo el mundo es consciente de que esta crisis es temporal y que, con suerte, dentro de un año solo será un mal sueño porque haya una vacuna o tratamientos muy eficaces, pero en el camino pueden perder su empresa o su empleo miles de personas tanto en Málaga como en el resto del planeta. “A comienzos de año, la economía mundial mostraba una tendencia de moderación de su crecimiento. Este patrón se ha visto interrumpido de forma abrupta por la irrupción del Covid-19, que ha provocado una crisis de salud pública sin precedentes, con un alto coste. La necesaria contención de la pandemia ha llevado a los gobiernos a adoptar medidas extraordinarias y sin precedentes en la historia que están teniendo un fuerte impacto en la producción y el empleo. En este sentido, las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) señalan que el PIB mundial podría descender en 2020 un 3,0%, aunque no puede descartarse que el impacto pueda ser aún mayor. La recesión será generalizada, con un mayor descenso del PIB en las economías avanzadas, especialmente en la Zona Euro”, añaden desde Analistas, que recuerdan que, en el caso de España, el FMI estima una caída del 8% del PIB este año pero que tanto el propio gobierno español, presidido por Pedro Sánchez, como la Comisión Europea temen que el varapalo sea mayor al 9,2%.

Todas las crisis económicas son una pesadilla, pero esta lo es especialmente porque ha sido totalmente inesperada y ha cortado de raíz una buena tendencia. Es cierto que la economía se estaba desacelerando y que, en el caso de Málaga, hubo, por ejemplo, en 2019 menos compraventas o visados de viviendas que en el ejercicio precedente, o que también se estaban creando menos empresas. Pero la gran locomotora, el turismo, seguía en plena forma incrementando sus números incluso en los meses de enero y febrero, en plena temporada baja, y con buenas perspectivas para la Semana Santa –que en este 2020 caía en abril y suele ser mejor por tener, en principio, mejor tiempo- y para el resto del verano. Y las exportaciones de empresas malagueñas estaban al alza.

El coronavirus ha segado la buena tendencia que tenía el turismo en la Costa del Sol a principios de 2020

La irrupción del coronavirus ha segado todo de un plumazo, además de cerca de 300 vidas en la provincia de Málaga. En economía todo suele ir ligado. Si hay menos actividad las empresas facturan menos, hay más paro, menos consumo y eso ralentiza la recuperación. Es la pescadilla que se muerde la cola. A finales de abril había en la provincia de Málaga más de 300.000 personas en paro o afectadas por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo y, a finales de marzo, la tasa de desempleo rozaba el 20%. Se esperan datos peores en los próximos meses.

Cuando la crisis del coronavirus pase habrá miles de estudios sobre los motivos y las consecuencias de esta pandemia desde todos los puntos de vista (económico, social, sanitario, etcétera) y se podrá hacer una radiografía total de la factura que ha supuesto esta enfermedad. Ahora, en pleno proceso, es difícil abarcar toda la gravedad de la situación, pero lo único seguro es que va a costarle miles de vidas y miles de millones de euros a la economía malagueña, española y mundial.