Ha cumplido 32 años, pero está como el primer día. Tan bueno es su estado de salud que el Ayuntamiento de Sevilla le acaba de encomendar otro cometido para 2024: promocionar la ciudad en las citas deportivas y culturales de primer orden que se convoquen. Todo un reto para Curro, la mascota que en el imaginario colectivo siempre traslada a los sevillanos a aquellos tiempos de prosperidad de la Expo'92. La Sevilla universal. 

De Curro es difícil olvidarse. Su presencia caló hondo en varias generaciones. No sólo las que vivieron aquella muestra, sino las que vinieron después. Aún hoy se conservan pegatinas y camisetas con su figura, la de ese pájaro blanco, con pico y cresta multicolor, que poseía patas de elefante. 

Este extraño animal fue creación del diseñador checo Heinz Edelmann, quien ganó el concurso para elegir la mascota de la Expo. A la convocatoria se habían presentado 23 diseños, procedentes de 15 países. Edelmann se basó en uno de los "bichos submarinos" que había incluido en la película Yellow Submarine, de los Beatles. Pedro Tabernero se encargó de su producción gráfica. 

La excelente acogida

Desde que se dio a conocer, causó gran sensación. Logró una excelente acogida entre los sevillanos, que lo hicieron suyo de inmediato. Su reproducción tridimensional era otra de las bazas para alcanzar tanta popularidad. No había quien se resistiera a saludarlo (e incluso abrazarlo) en aquella famosa, divertida, colorida y multidisciplinar (que se diría hoy día) cabalgata que cada tarde recorría el recinto de la muestra, en la Isla de la Cartuja. Un cortejo -obra del director teatral Joan Font- que no estuvo exento de polémica. 

Una de las anécdotas más recordadas de aquellos días tuvo lugar a bordo de la reproducción de la Nao Victoria, cuando ésta volcó en el río. Muchos se llevaron un buen susto al creer que la célebre mascota había naufragado, pero pudo salvarse a tiempo. 

La mascota Curro en el recinto de la Expo'92.

Desde que acabó la Expo, Curro ha sido reclamado para diversas iniciativas municipales. Una de las veces que volvió a la vida fue con motivo de las bodas de plata de la muestra universal, en 2017, cuando la mascota protagonizó varios actos importantes en el calendario de la ciudad. Uno de ellos, la Carrera Nocturna del Guadalquivir que se disputa cada año a finales de septiembre. También lo llevaron a Fitur, donde abrazó a la entonces presidenta andaluza, la socialista Susana Díaz. Estuvo, de igual modo, en un homenaje que organizaron en Sevilla a Felipe González, presidente de España desde 1982 a 1996 y responsable en gran medida de que la capital andaluza acogiera la cita universal que duró seis meses. Recientemente, su figura ha aparecido en el espectáculo navideño Navegalia, proyectado en el Muelle de la Sal y en la zapata de Triana.

El nuevo cometido

El gobierno de José Luis Sanz ha decidido sacarle más rédito a esta mascota que tan ligada está a la historia más reciente de Sevilla. Por tal motivo, según ha confirmado el Ayuntamiento, se han iniciado los trámites para que Curro sea nuevamente "el embajador del carácter universal de la ciudad". Su cometido será "contribuir a promover este espíritu, especialmente entre las generaciones más jóvenes y los visitantes a los diferentes eventos que acoja a lo largo del año", refieren fuentes municipales.

El primer paso se ha dado este viernes, cuando la junta de gobierno local ha autorizado el uso de la marca Curro, Mascota Oficial de la Exposición Universal Sevilla 1992 20 abril – 12 octubre 1992, que el Ayuntamiento tiene registrada en la Oficina Española de Patentes y Marcas, al Instituto Municipal de Deportes (IMD) y al Instituto de Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS). "El objetivo es impulsar su presencia en diferentes elementos, así como en soportes informativos y promocionales, tanto de actividades deportivas de base como de hitos significativos de la ciudad", abunda la declaración institucional. 

Una presencia "progresiva"

Su presencia será progresiva en función de los actos que se organicen y las actividades deportivas de promoción que se pongan en marcha. "Irá acompañada de la divulgación de contenidos que contribuyan a la recuperar el espíritu universal de la Expo’92", apostillan desde el gobierno.

Curro vuelve, de este modo, a las calles de Sevilla, de las que nunca se marchó del todo, pues todavía hay bares, negocios y hogares que conservan pegatinas y logotipos con su figura. Un embajador de primera. Será un honor recibirlo.