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El nuevo reto del campeón: la redefinición desde el éxito

  • Florentino y Zidane tienen la obligación de planificar un futuro en el que no puede faltar el espectáculo

El Real Madrid afrontará desde ya un nuevo reto que no se presenta pequeño: la redefinición como equipo y club tras el éxito de la undécima. El equipo blanco no celebró el sábado la Liga de Campeones conquistada en Milán como la de hace dos años en Lisboa, pese a que el rival, el Atlético, y el drama fueron los mismos. La de 2014 sí fue festejada con efusividad y euforia. La nueva conquista mostró rostros más de alivio en los jugadores que de alegría desbordada.

Fue una reacción casi natural a una temporada dificilísima que en enero parecía destinada al más absoluto de los fracasos. Curiosamente, la distancia que separa el éxito de la decepción en el fútbol es de dos penaltis: el que erró el Juanfran y el definitivo que marcó Cristiano Ronaldo.

Por lo pronto, el presidente, Florentino Pérez, confirmó en San Siro que Zinedine Zidane seguirá liderando la nave: "Tiene contrato hasta 2018 y seguirá en el cargo. Lo firmó cuando se hizo cargo del primer equipo y, por supuesto, va a seguir porque es el entrenador ideal para el Real Madrid". No pensaba lo mismo el 27 de febrero, cuando el Madrid acababa de perder 1-0 en casa ante el Atlético para quedarse, según pareció entonces, prácticamente fuera de la pelea por la Liga. El Barcelona era líder a 12 puntos de los blancos.

Pero Zidane, el entrenador sin experiencia que en enero sucedió a Rafa Benítez, se aisló del ruido y devolvió al Madrid a la lucha por el título, que peleó hasta la última jornada, y sobre todo lo llevó a la final de la Liga de Campeones.

El futuro ya está aquí para los blancos y una reflexión obliga a señalar que el Madrid pendió de un hilo hasta el final de la temporada, incluyendo esa tanda de penaltis agónica. Ahora le toca pensar al club qué debe hacer para volver a transmitir sensación de solidez y ver qué errores de planificación se cometieron.

Zidane rearmó al equipo de manera exitosa. Pacificó el vestuario, inculcó a sus futbolistas el concepto de solidaridad y tácticamente se centró en mejorar el funcionamiento defensivo para dejar que el talento de sus delanteros resolviera los partidos. Una solución de urgencia que le salió más que bien.

Pero, conociendo a Pérez y el Real Madrid, es fácil suponer que llegarán más exigencias y aparte de títulos se le pedirá al equipo que practique un fútbol no sólo solidario, sino con una regularidad estética, divirtiendo cada tarde a sus aficionados. Y es tarea de Zidane señalar qué jugadores no le sirven.

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