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En busca de un hueco en la elite

  • El jerezano Pablo Salado, ala zurdo formado en la cantera del Jerez 93, afronta su segunda campaña en Primera División tras ascender con el Gran Canaria FS

Una nueva temporada está a punto de iniciarse en el panorama del fútbol sala nacional. Los equipos perfilan detalles de última hora y comienzan a mirar al mercado para incorporar futbolistas con los que afrontar el ejercicio con las máximas garantías. Este año, junto a los nombres de los grandes jugadores que ya figuran en los clubes de Primera División, hay que sumar el de una joven promesa jerezana que, a sus 22 años, comienza a abrirse paso en la elite de este deporte.

Pablo Salado, que la temporada pasada logró el ascenso con el Gran Canaria FS contra todo pronóstico, afronta su segundo año en la máxima categoría del fútbol sala tras su debut con el Palma FS.

El ala izquierdo, que recientemente ha formalizado su renovación por el club insular, cumplirá su tercera campaña consecutiva en Canarias y se muestra muy ilusionado por "comenzar la temporada en Primera División con el grupo con el que ascendí. El curso pasado fue bastante irregular. Al principio, todo pintaba bastante bien, pero durante el año se produjeron algunos problemas que nos llevaron a obtener algunos malos resultados. Sin embargo, al final, que es cuando hay que dar la cara, lo hicimos bastante bien y firmamos los mejores play-offs posibles".

Pablo, que se define como un jugador muy técnico dentro de la pista, admite que se inició en este mundo por su hermano, que también llegó a ser profesional. Sin embargo, como a todo niño, le picó el gusanillo del fútbol: "Una vez que te haces mayor y tienes más conciencia, te fijas más en lo que sale en la tele y te planteas cambiarte al fútbol pero por aquel entonces se me daba bien, teníamos un grupo que fue una de las mejores canteras de España y ganamos muchos trofeos. Todo ello influyó en mi decisión".

A pesar de su juventud, es un jugador que conoce de primera mano tanto la Primera como la Segunda División y tiene muy claro que el objetivo de este año en su equipo es "la permanencia, no podemos aspirar a más. Quizás podamos pelear por la Copa de España pero va a ser tremendamente difícil. La calidad de los jugadores de todos los equipos es mucho mayor, muchos tienen una gran experiencia y eso se nota mucho dentro de la pista".

Formado en la prolífica cantera del Jerez 93, se suma a una larga lista de jugadores nacidos en la provincia que la próxima temporada pondrán su sello en la máxima categoría del fútbol sala nacional: "Prácticamente, el 90% de los equipos tienen a un jugador de la provincia. Eso llama mucho la atención y habla muy bien de nosotros por el nivel de fútbol sala que hay aquí. Estoy muy orgulloso de ser uno de ellos y poder jugar en Primera División siendo jerezano. Estas dos semanas antes de volver he estado entrenándome con el Xerez Toyota Nimauto y quiero agradecerles el trato que me han dado tanto los jugadores como el cuerpo técnico. Es un grupo que se merece lo mejor y ojalá sigan ascendiendo año a año".

Durante su corta pero intensa carrera, ha podido conocer a los mejores deportistas de esta disciplina. Sin embargo, uno de ellos le ha llamado especialmente la atención: "Antonio Vadillo. Es un jugador al que deberíamos tener muy en cuenta en Jerez y al que se debería homenajear como merece por su trayectoria. También he tenido la suerte de compartir vestuario con Bruno Taffy, nombrado mejor jugador de la Liga la temporada pasada. He podido compartir buenos momentos con muchos de ellos y de todos he aprendido algo".

Tras unas semanas de vacaciones, llega para el momento más difícil para el jerezano, la hora de volver a Gran Canaria: "Se me hace muy difícil despedirme de mi familia y de mis amigos cada año. Cada vez se va haciendo más normal, pero nunca es fácil por muchos años que pasen. Al jugar en Primera División no sé cuándo los volveré a ver porque hay mucha carga de partidos y muy pocos fines de semana libres".

Esta temporada tendrá la oportunidad de demostrar su valía en las mejores canchas de España y Pablo no esconde su ilusión por poder jugar en alguno de los grandes en un futuro: "Nadie tiene que conformarse con lo que tiene y debe aspirar a mucho más. Yo, dentro de los límites, por supuesto que siempre voy a aspirar a lo máximo. No obstante, ahora mismo no lo veo cercano pero voy a trabajar y luchar para lograrlo".

El jugador del Gran Canaria FS es consciente de que muchas de las promesas de este deporte tendrán sus ojos puestos en él. El jerezano, gracias a su trabajo, constancia y desparpajo dentro de las pistas, ha conseguido llegar a lo más alto y a todos los que aspiran a seguir sus paso les aconseja que "trabajen mucho, que hagan caso a sus entrenadores, que respeten a sus compañeros y que dentro de la pista los vean como a su familia, una base en la que deben apoyarse. No es bueno que se obsesionen por llegar porque esto es deporte y lo importante es pasarlo lo mejor posible. También les recomendaría que no dejen los estudios porque esto no es fútbol y no tendrán una vida como los jugadores del Barça o los del Real Madrid. Después del fútbol sala sigue habiendo vida y trabajo".

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