Fiel a su política de autosuficiencia emprendida hace ya varios años, la Real Escuela de Arte Ecuestre ha dado un vuelco llamativo al tratamiento de sus habituales cursos de tecnificación. Si meses atrás, tras ser designado centro autorizado de recogida de esperma por la Junta de Andalucía, la institución abrió nuevas vías comerciales con distintos países, ahora, con el nuevo enfoque a sus cursos le ha abierto la posibilidad de encontrar otras vías de negocio, pero esta vez a nivel nacional e internacional.

Para encontrar los inicios en el trabajo docente de la Real Escuela hay que remontarse a décadas atrás. Sus cursos de tecnificación en doma clásica han sido siempre un atractivo para jinetes venidos desde distintos puntos, que elegían Jerez y esta institución para ampliar conocimiento y formación. Ante tal demanda, se ha optado por modificar su clásico funcionamiento y adaptarlos a las necesidades del cliente. Un ejemplo de ello es el curso de tecnificación de la monta en un nivel medio- elevado. Gracias a las modificaciones, los usuarios ven una respuesta óptima en sus intereses por la formación, una decisión que ha aparcado de una vez la crisis, pues la nueva fórmula ha provocado un aumento significativo de las inscripciones.

Cada mes, el Departamento de Documentación y Museo, que coordina Serena Jiménez, recibe y canaliza decenas de peticiones para ingresar en el curso de Tecnificación Avanzada que ofrece el centro. "Lo que hace atractivo el curso es que al ser personalizado vas a tener un jinete contigo y éste es capaz de detectar lo que tienes que mejorar".

El primer requerimiento que se le hace al usuario es su nivel de formación, y para ello, el jinete interesado, normalmente con un perfil variopinto, debe entregar un DVD en el que se vea la calidad de la monta de la persona.

A partir de ahí es el propio departamento quien se encarga de ver si el curso se adecua a las necesidades del alumno y si éste necesita una formación complementaria. La edad es relativa. La semana pasada recibieron el curso un joven murciano que no llega a la mayoría de edad, un niño de 16 años que posee nivel casi profesional, o una mujer italiana de edad media.

Por regla general, la duración del mismo oscila entre la semana y los quince días, ampliando el periodo temporal según distintos intereses.

El contenido del mismo en una semana engloba tres clases prácticas diarias, añadiendo también dos teórico-prácticas, en horario de 8 a 14 horas. La coordinadora advierte que "el precio de una semana ronda los 1.200 euros" y puede alcanzar los 2.200 euros si se prolonga durante quince días. No obstante, la cuantía suele oscilar en función de las peticiones del usuario.

El aumento de las solicitudes de estos cursos, que se desarrollan durante todo el año, viene motivado por el tratamiento personalizado de los mismos, toda vez que el usuario recibe las clases de los mejores jinetes profesionales y con la garantía de trabajar con caballos de pura raza española, que compiten a nivel internacional y están reconocidos con galardones.

Estos dos detalles no han pasado desapercibidos a nivel internacional, donde el respaldo de los usuario está siendo bastante elevado. "Hace tres o cuatro años los cursos tenían una fórmula cerrada donde no todo el público tenía facilidades para entrar, pero el cambio ha hecho que cada vez tengamos más solicitudes", explican.

Serena Jiménez explica que "los tiempos van avanzando y el mercado exige otra tipología de formación. Los resultados son una realidad e incluso muchos usuarios repiten experiencia".

En cuanto al origen de los cursillistas, en la Real Escuela hablan de un alto número de jinetes nacionales, en concreto madrileños y catalanes, aunque también el origen es internacional, pues ya han pasado por su sede usuarios de Australia, Francia, Baréin, Sudamérica e Italia.