No se encadenaron, pero sí se encaramaron. No tienen el mismo tirón ni el glamour de Tita Cervera atada a un árbol del Paseo del Prado, pero sí voz. Vecinos de la zona de León de Carranza consiguieron, al menos ayer, su objetivo de que los árboles de la vía por la que transita el nuevo carril bici no fueran trasplantados, una tarea que en verano supone "la muerte asegurada para la planta", tal como apuntan expertos medioambientales y hasta los propios técnicos del Ayuntamiento que ayer se personaron en el lugar de los hechos, que precisaron que "intentarán hacer todo lo posible por que se salven los máximos árboles trasladados" al vivero municipal Santa Teresa.

La mañana comenzó fresca y temprana. Los operarios iniciaron las primeras podas, hasta que tres jóvenes decidió encaramarse a los fresnos para evitar su traslado. A pesar de que días atrás un grupo de residentes había amenazado con encadenarse, la presencia y respaldo a estos tres chavales anónimos de dicho colectivo fue mínima. Sólo se personaron en torno a cinco vecinos más para denunciar este traslado, "que no se está haciendo ni en las fechas, ni de la manera más oportuna. Esto es una sentencia de muerte para los árboles", apuntó uno de ellos, Joaquín Caro, que pertenece a una agrupación que de hecho ha puesto en marcha un completo blog (jerezdelosarboles) en el que se aportan fotos de las talas y los trasplantes que se están haciendo a lo largo de las obras. "Por supuesto que queremos un carril bici, pero queremos que se haga respetando la vegetación", añaden.

Mientras los técnicos del Ayuntamiento insisten en que el proyecto del carril bici que se está desarrollando "ha sido llevado a la Mesa de Movilidad, donde se le dio el visto bueno por parte de vecinos, partidos políticos, colectivos...", desde la Federación Solidaridad aseguran que "en dichas reuniones nunca se habló de los árboles ya que había prisas por aprobar el proyecto, que en caso contrario se salía de plazo para el presupuesto". La arboleda comenzó a ser un 'problema' para el Ayuntamiento cuando las obras llegaron a San Ginés.

Unos y otros aportaban ayer sus argumentos, sin llegar a un punto en común, a un acuerdo, pero lo que se va a hacer, se va a hacer, y ambas partes no lo ocultan. "Sabemos que esto no tiene vuelta atrás. Al menos estamos haciendo uso del derecho al pataleo para que la sociedad se entere de lo que está pasando aquí", se lamenta un vecino. "Yo estoy aquí como portavoz de los árboles, les pongo voz porque ellos no pueden quejarse. Son seres vivos", decía Paula, una de las jóvenes que se encaramó a uno de los fresnos, quien trataba además de hacer entrar en razón al técnico del Ayuntamiento, y viceversa. Este último, algo incómodo por la 'interrupción' en el sitio de una periodista, espetó además a uno de los vecinos que la "ignorancia es muy atrevida", para decir a su 'forma' que las razones expuestas por los mismos "no tenían base técnica". Surgió de la exposición municipal ahora una nueva excusa, que parte de los árboles que se van a trasplantar "están en mal estado vegetativo o tienen poca esperanza de vida", cuando hasta la fecha no se había dicho nada al respecto.

Desde el Ayuntamiento se aseguraba ayer que el trasplantado se está haciendo "con los máximos cuidados posibles y de hecho, se ha evitado la tala de todas las maneras. Los árboles que se quitan serán sustituidos por otros, no faltará vegetación. Pero para que hubiera carril bici el trazado se ha tenido que hacer así, y ha habido el máximo consenso posible. Esto es un bien para la ciudad".

Sea como fuere, tanto los jóvenes encaramados como los vecinos, adelantaban que hoy "volveremos a estar aquí. A nosotros nadie nos preguntó. Si las cosas no se pueden hacer bien, mejor no hacerlas. Aquí parece que el árbol no importa nada".