"Por fin estamos viendo algo de  luz al final del túnel de la crisis". Así de satisfecho se muestra el presidente-delegado de Manos Unidas-Jerez, Domingo Gutiérrez Rodríguez, para referirse a los "buenos datos" en donaciones que ha arrojado la primera mitad de 2015. Números que ha preferido no precisar aún "hasta que no hagamos un balance en el mes de diciembre". A pesar de ello, Gutiérrez ha mostrado también su cautela "porque nunca es suficiente y hay mucho que hacer siempre a favor de esas personas que nos necesitan lejos de este nuestro mundo desarrollado". Estos buenos números permiten que el déficit que ha arrojado 2014 "se haya recuperado ya con lo que llevamos de año". Y es que el pasado curso se recibió un total de 266.000 euros para proyectos en Camerún y Kenia, en torno a 14.000 euros menos que en 2013. "En general, hemos vivido un momento de crisis y eso se ha notado mucho, hay que reconocerlo. Desde la Administración hemos recibido cero ayudas, sólo llegan las aportaciones por parte de particulares y de todos esos socios y colaboradores que nos van ayudando en el día a día", precisa el presidente. Hay que tener en cuenta que la delegación de Jerez, "no es sólo Jerez, sino que atiende a toda la Diócesis. Además, con nuestros fondos respaldamos también a las delegaciones que necesitan ayuda", añade.

Para este 2015, los principales proyectos pasan por Zimbabue, El Salvador y Haití. En el primer destino se van a construir cuatro aulas en escuelas primarias en Mapfumo, una zona olvidada por el Gobierno y las organizaciones de ayuda internacional que vive de la agricultura de subsistencia. El sistema educativo es muy preocupante, hay escolarizados 687 niños de 5 y 14 años que viven en hogares muy humildes. La escuela fue construida en 1956 por la Iglesia Católica. En 2003, Manos Unidas ayudó con la renovación de tres bloques y la construcción de uno, pero aun así quedan muchos niños que no cuentan con aulas suficientes. Para mejorar esta situación, la asociación de padres y el Párroco, misionero español, solicitan de Manos Unidas la construcción y equipamiento de dos bloques de aulas con dos aulas cada uno para que 180 niños dejen de dar clase debajo de los árboles.

En El Salvador se apoyan iniciativas productivas para garantizar la soberanía alimentaria. El proyecto se desarrolla en la población de San Agustín del departamento de Usulután. El 19 % de los salvadoreños está en situación de pobreza absoluta y en el área rural los pobres son el 50%. San Agustín es considerado de "pobreza extrema". El maíz, el frijol y el arroz deben ser importados para poder dar de comer a esta población. En la zona trabaja la Asociación de Proyectos Comunales de El Salvador (Procomes), que estimula procesos educativos y económicos para alcanzar un desarrollo más humano, equitativo y sostenible. Solicitan desde allí el apoyo de Manos Unidas para impulsar un total de 50 granjas avícolas. Además, se apoyará a beneficiarios con la creación de 20 parcelas agrícolas y 50 parcelas de hortalizas. Manos Unidas financiará equipos, suministros, la construcción de gallineros y la reforma de estanques, así como las capacitaciones y el seguimiento agrícola. El socio local aportará los gastos de personal, funcionamiento y equipos. Los beneficiarios aportarán terrenos y mano de obra.

Pero Domingo Gutiérrez destaca la labor que se está desarrollando en Haití, "que supera con creces a los dos anteriores porque, ¿quién se acuerda de que la zona fue sacudida por un terremoto en 2010? Manos Unidas está trabajando en el día después porque este suceso no sólo destruyó la capital, Puerto Príncipe, sino la parte que estaba más desértica por la tala de los árboles". Por ello, la Asociación para el desarrollo Rural de Haití (ADRUH), una ONG con fines no lucrativos creada en 1998 para implantar agricultura sostenible adaptada al ecosistema, solicita a Manos Unidas fondos para la construcción de veinte cisternas familiares que posibiliten el acceso al agua, la mejora de la fertilidad de los suelos y reforestación, el impulso de la ganadería caprina y la mejora de las capacidades de los campesinos. Estos fondos van destinados a la construcción, equipos y suministros, personal y funcionamiento. La población local aportará mano de obra no cualificada y materiales. 

A pesar de la mejora de datos de 2015 respecto al pasado año, el presidente de la entidad apunta que "nunca bajamos la guardia. Llevamos para delante nuestra gestión económica con mucho esfuerzo, no sólo para poder desarrollar esos proyectos, sino porque también realizamos actividades de sensibilización aquí", como la exposición para educar en valores que se celebró en la Sala Paúl el pasado año (Superpepo), carreras solidarias, actividades en los centros docentes, galas, encuentros culturales... "No me cansaré nunca de decir que los jerezanos son muy solidarios. Desde Manos Unidas le damos muchas gracias a Jerez por su solidaridad". "También -añadió- agradecemos que los padres capuchinos nos cedan el espacio para nuestra sede sin coste alguno".

Domingo Gutiérrez recuerda que desde la entidad, "siempre tendremos los brazos extendidos hacia aquellos más desfavorecidos, hacia aquel mundo que necesita de nuestra solidaridad, de la que sale desde este mundo más desarrollado. Allí nos reclaman, y tenemos que abrir el corazón para escuchar los gritos de quien nos pide nuestra ayuda".