“Soy un privilegiado por poner voz a otras personas ‘sin techo’, a los marginados y exponer mi experiencia”. Así comenzaba ayer su testimonio Federico Llopis, una de las personas que está siendo atendida en el centro de día del Salvador. Federico pidió en primer lugar comprensión a los agentes de Policía. “No somos animales, somos personas y a nadie le gusta estar en la calle. Es algo que le puede pasar a cualquiera.  No nos sentimos respetados, parece que nos perdonan la vida, nos sentimos solos”. Federico, que reconoció su alcoholismo, agradeció al centro de día la ayuda que le está prestando, “sacando a flote mis valores” y pidió más recursos y trabajo de promoción en el albergue municipal, así como una mayor coordinación entre los servicios sociales y la delegación de Vivienda. Federico se mostró, de cualquier forma, esperanzado en que se puedan erradicar las situaciones de personas sin hogar para 2015,  fecha que ha fijado el Parlamento Europeo y a la que se ha adherido la Federación Europea de Organizaciones Nacionales que trabajan con estas personas.