EL pasado lunes 6 de octubre se celebró de nuevo el día mundial de la arquitectura, este año bajo el lema “Ciudades saludables, Ciudades felices”. Con este motivo la Unión Internacional de Arquitectos invitó a sus afiliados a la organización de actividades que enfaticen el papel del arquitecto y de la arquitectura en la vitalidad de los asentamientos urbanos y en el bienestar de sus habitantes. “¿Cómo pueden los arquitectos diseñar y construir espacios, instalaciones, viviendas y paisajes urbanos “saludables” que fomentan la felicidad, la salud y la calidad de vida de los ciudadanos?  ¿Por qué medios los arquitectos son capaces de dar vida a las ciudades, para infundirles energía, para asegurar su viabilidad, para tratar y anticipar trastornos, para evitar la desintegración, para acompañar su desarrollo armonioso?”. Estas preguntas que se enunciaban en la convocatoria del evento por parte de la UIA, son las que nos hacemos cada día los que estamos  implicados en la conservación, rehabilitación y mejora de nuestras ciudades.

Para celebrar este año el día de la arquitectura el Colegio de Arquitectos de Cádiz ha organizado diversos actos relacionados con la arquitectura. El primero de ellos consistió en la entrega de los premios bianuales que el propio Colegio otorga y en la inauguración de una exposición de los proyectos presentados a dichos premios, que dadas las actuales circunstancias no han sido muchos, aunque casi todos de un razonable nivel de calidad. Se completó la jornada con una conferencia del arquitecto Emilio Tuñón, profesor de proyectos en la Escuela de Arquitectura de Madrid, titulada “Arquitecturas de la memoria”.

El arquitecto, único titular del estudio Mansilla y Tuñón, pues Luis Moreno Mansilla falleció prematuramente en febrero de 2012, centró su intervención en la explicación de cuatro obras del estudio realizadas en la última década, obras de diversos escala y contenidos pero acogidas todas bajo el epígrafe de arquitectura hecha por personas para las personas. Este concepto, destacado por alguien que está situado a poca distancia de los arquitectos del Star System mundial, se agradece mucho e introduce una pequeña esperanza de futuro: las personas contamos para la arquitectura, la arquitectura la hacemos personas.

A partir de esta idea, recurrente según Tuñón en sus proyectos, hizo un recorrido por cuatro de sus obras, conocidas y publicadas en diversos medios especializados. El más antiguo de los proyectos mostrados fue el Centro Documental de la Comunidad de Madrid, construido en las antiguas instalaciones de la fábrica de cervezas El Águila en la capital. Ganadores del concurso convocado en el año 1994, el proyecto sufrió diversas modificaciones para acabar teniendo el uso mencionado. Se conservaron algunas de las edificaciones existentes y se completaron con otras nuevas, que dotaron al lugar de una imagen renovada y con los espacios necesarios para cumplimentar el extenso programa. 

El segundo de los proyectos mostrados fue la Fundación Barrié de la Maza en Vigo, fundación propietaria del Banco Pastor, que en 2001, decidió construir en un solar contiguo al Banco, en una de las calles principales de Vigo, un espacio multiusos para exposiciones y otras actividades culturales. La fachada del solar existía desde la construcción del banco en 1919 pero el resto estaba sin edificar. Los arquitectos propusieron un edificio que diera una respuesta contemporánea, equilibrada y precisa al amplio programa planteado.

El tercero de los proyectos es el museo de las Colecciones Reales en Madrid, proyecto que se encuentra todavía en construcción pero que ya tiene terminada la envolvente, es decir, cubiertas y fachadas. En un lugar muy comprometido por la cercanía del Palacio Real y la Catedral de la Almudena, los arquitectos realizaron con mucha valentía una propuesta que convenció al jurado internacional y poco a poco a los ciudadanos y a los administradores de la capital, pese al lenguaje abstracto empleado. El énfasis de la intervención se pone en las relaciones entre el nuevo edificio y su entorno, por una parte los jardines del Campo del Moro, por otra los edificios históricos mencionados. Los museos de la Colecciones se dispondrán en cada una de las tres plantas principales de las que constará el edificio, además de resolver los desniveles existentes entre la ciudad histórica y sus crecimientos hacia el oeste.

Y el último de los proyectos, que en su momento fue objeto de una gran polémica ciudadana es el restaurante y hotel Atrio en Cáceres. Este proyecto que fue repudiado por la totalidad de la población cacereña, fue un empeño personal del arquitecto que se reunió con todas las asociaciones que se enfrentaron al proyecto, y, una por una, fue explicando el proyecto inicial, al tiempo que recogía los motivos de la oposición para poder introducir aquellos cambios que satisficieran a todos o, al menos, a la gran mayoría de los opositores. Finalmente los arquitectos redactaron un proyecto que sin renunciar a las ideas de edificio contemporáneo y de calidad, pudiera recibir, si no el acuerdo, al menos la no oposición de los vecinos. Este fue aprobado y construido y pasados unos años desde entonces, perfectamente integrado en el centro histórico de la ciudad.

Aquella actitud conciliadora, comunicativa y paciente, les supuso un desgaste y esfuerzo tremendo que tuvo su compensación el día en que el lugar empezó a utilizarse según lo proyectado por los propietarios del restaurante y gracias a la constancia y al empeño de los arquitectos. No creo que esté al alcance de los  que ejercemos esta hermosa profesión responder a las preguntas que ha formulado la UIA con motivo de la celebración del día de la Arquitectura pero sí podemos, humildemente, empeñarnos en realizar nuestro cometido con  sentido común, honestidad y, en la medida que cada uno la tenga, destreza.