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Cultura

Fiesta de la memoria en 'Los Gigantes'

  • La Fundación González Byass presenta 'Lo que diga Mimi...', un libro que relata parte de la vida de Manuel María González-Gordon a través de sus conversaciones con William Fifield.

Cada vez que se remueve la memoria en González Byass, allí que salta una fiesta. Porque cada vez que se regresa al pasado, a la historia de esta bodega, o de los miembros que le han dado vida, surge la excusa perfecta para celebrar tanto pretérito. 'Los Gigantes' acogió ayer la presentación del libro de memorias de Manuel María González-Gordon, 'Lo que diga Mimi...', editado por la Fundación González Byass. Una cita, una concurrida fiesta, cuya mesa estuvo formada por el presidente del Consejo Regulador, Beltrán Domecq; Antonio Flores, enólogo de González Byass y reconocido divulgador de los vinos de Jerez; el presidente de la Fundación, Miguel Rebuelta; Begoña García González-Gordon, nieta de Manuel Mª y autora de varios libros como 'El charco dulce' y 'Las niñas de El Altillo'; Bibiana González-Gordon, nieta de Manuel Mª y prologuista del libro y autora de 'La paciencia de Pepa', y Paula Fernández de Bobadilla, editora y bisnieta del autor, que fueron los encargados de hablar de este título y de su protagonista, que muchos llamaban 'Tío Manolo' o MM.

La obra está centrada en los años de juventud del protagonista, en sus estudios, su carrera, sus viajes profesionales, más que en su niñez. Aventuras que el propio Manuel María, con 90 años ya cumplidos, relató a finales de los 70 del siglo pasado al escritor americano William Fifield, quien había escrito además 'Sherry Royalty'. Textos que en su día fueron traducidos al español pero, sin embargo, durmieron largo tiempo en un cajón hasta que los astros se alinearon para que vieran la luz. Ahora, esas historias llegan al público precisamente con el objetivo de dicha Fundación: preservar el legado familiar. "Y esperamos que sea el primer libro sobre otros muchos miembros de la casa o de cosas relacionadas con ella", apuntó Begoña García González-Gordon. "Era un hombre que se embarcó en lo más inaudito. El mundo no tenía fronteras, era un espacio en el que estaba a gusto, bien, y le echaba valor a todo, aquí, y en el extranjero", precisó Bibiana.

Los presentadores del libro hicieron un recorrido por las diferentes facetas de MM, como su mal augurada corta vida, que se curó y prolongó milagrosamente con unas cucharaditas de Solera 1847; su paso por los Jesuitas de El Puerto, donde descubrió que su mala visión no era obstáculo para desarrollar su gran inteligencia; sus estudios de Ingeniería en Alemania, su participación en la construcción del ferrocarril longitudinal de Chile, su entrada por fin en su querida bodega, su papel determinante en el juicio del 'British Sherry', el impulso de la creación del Consejo Regulador del jerez, el regreso de los cartujos, la salvación de Doñana, parque del que fue nombrado Guarda Mayor de Honor... Y así, muchos más logros que no protagonizan tanto esta obra, como sus frenéticas ganas de vivir, su incansable deseo de aprender.

"Un hombre simpático, con una personalidad arrolladora, con una capacidad de comunicación única", tal como lo calificó Beltrán Domecq, quien hizo referencia al libro 'Jerez-Xérès-Sherry', conocido por muchos como 'la Biblia del jerez', escrito por Manuel María. "Una gran escuela, sobre todo, para el olfato", añadió.

El libro cuenta con numerosas imágenes que pertenecen al Archivo de la Fundación, "pero como no había un fotógrafo detrás de cada aventura de Manuel María", las memorias estás exquisitamente ilustradas por los dibujos de la autora madrileña Ximena Maier, "con un punto de humor, muy elegantes, que captan perfectamente la esencia del personaje. Acompañan de manera idónea al libro", asegura la editora.

'Lo que digas Mimi....', titulado así en honor a su esposa, Emilia Díez, es una de esas frases, uno de esos "discos", como él calificaba, y que tanto repetía, como que "el centro del eje de la rueda de la vida es la mujer", o "de las 32 que me dijeron que no, y la una que me dijo que sí". Un 'tipo' que bebía Tío Pepe donde lo servían, y lo promocionaba allí donde no. "Todos han hablado siempre bien de él, incluso las nuevas generaciones que no lo conocieron sólo saben cosas buenas de él", recalcó Flores. Un aristócrata, un presidente, un hombre bondadoso, que quería que todos llamaran 'Tío Manolo', "y eso sí que es algo grande, que disfrutaba la vida y la saboreaba", como los vinos de esta "familia de vinos". De su espíritu, "queda todo en esta bodega", concluyeron.

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