Desde la ciudad olvidada

José Manuel Moreno Arana

Los retablos de Ánimas

¡Q UIÉN me diera alas de paloma para volar y descansar!". Esta frase está grabada sobre el frontal de mármol negro de uno de los altares de la iglesia de San Lucas. Está escrita en latín y reproduce un fragmento del Libro de los Salmos de la Biblia. La escena en relieve que se sitúa sobre esta inscripción hace comprender el sentido de estas hondas palabras. Es el Purgatorio el que está representado y en él las almas de los difuntos suplican ser sacadas de las llamas. Una cofradía de Ánimas fue la promotora de este retablo. En Jerez durante los siglos XVII y XVIII abundó este tipo de hermandades ya que el culto a las "ánimas benditas del Purgatorio", rechazado por los protestantes, fue durante esa época promovido por la Iglesia Católica. En todas las parroquias y algunos conventos se hicieron retablos con esta temática, llegándose a realizar durante el siglo XVIII algunos tan espectaculares como el que todavía admiramos en la iglesia de San Miguel.

Pero la sociedad actual poco tiene que ver en su concepto de la muerte con aquella otra que dio lugar a estas obras artísticas. La reciente moda del Halloween es sólo el colofón a un cambio de mentalidad que se viene gestando mucho tiempo atrás. Desaparecidas las hermandades de Ánimas, estos altares quedaron sumidos en el más lúgubre abandono. Unos, como los de Santiago y San Dionisio fueron retirados. Otros, como los de San Juan y la Catedral, vieron sustituirse sus viejos cuadros por otras imágenes. El de San Lucas fue mutilado, sin el menor pudor, por un antiguo párroco, que retiró y vendió hace bastantes años sus dos columnas. Hoy presenta un angustioso deterioro y espera, como sus ánimas, anhelante, una salvadora restauración que no sabemos si llegará… antes del Juicio Final.

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