La plantilla del Xerez, una vez sellada la permanencia y recuperadas las buenas sensaciones, afronta los dos partidos que restan de Liga con ganas y con la intención de cerrar la competición de la mejor forma posible.

Los xerecistas, después del triunfo en El Fontanal el pasado viernes ante el Chiclana Industrial con dos tantos de Juanma Longa, tuvieron el fin de semana libre y ayer por la noche regresaron a los entrenamientos en las instalaciones de La Granja para comenzar a preparar el partido ante la Roteña del domingo a las doce en La Juventud.

Los pupilos de Zafra se juegan el ascenso a Tercera División y para ese compromiso Jesús Mendoza pretende recuperar a los atacantes Casares y Beni, que llevan muchísimas jornadas lesionados. Casares arrastra problemas en los abductores que le han ido remitiendo poco a poco y el veterano punta también parece que ha dejado atrás sus problemas de rodilla. Para este partido, los técnicos también podrán contar con Caro, que no pudo estar en Chiclana por problemas laborales.

Por otro lado, Antonio Blanco, que ya no podrá jugar en lo que resta de temporada por la fractura del quinto metatarsiano del pie izquierdo que sufrió en El Rosal hace dos jornadas, visitó ayer al traumatólogo y la fractura aún no le ha soldado, por lo que su recuperación va más lenta de lo que a él le hubiese gustado.

El combinado azulino tendrá hoy el día libre y volverá a los entrenamientos mañana para entrar en la recta final de su preparación para el domingo .