El Sevilla arrancó un valioso empate ante del Shakhtar Donetsk (2-2) en la ida de las semifinales de la Liga Europa, en un partido en el que los visitantes fueron mejores al principio y al final. De esta forma, el equipo dirigido por Unai Emery regresó a la capital andaluza con todo de cara.

El choque no pudo empezar mejor para los sevillistas, ya que a los cinco minutos se adelantaron por medio de Vitolo. Gameiro recibió el balón al borde del área y de primeras se la cedió al canario, quien recortó magistralmente a Rakitskiy y batió por bajo al portero. Los locales tardaron 20 minutos en tirar a puerta, pero desde ese momento fueron a por todas. Un pase de más de 30 metros de Rakitskiy dejó incomprensiblemente solo a Marlos, con tiempo incluso de bajar el balón con el pecho, que no tuvo problemas en superar al portero hispalense con un sutil golpeo con la zurda. Ante la presión del Shakhtar, el Sevilla siguió reculando, lo que aprovechó el equipo ucraniano para asediar a David Soria. Marlos, que fue una pesadilla para la defensa durante la primera parte, creó de la nada el segundo gol tras un saque corto de córner. Recortó magistralmente a su marcador y se sacó de la chistera un magnífico centro que fue rematado completamente solo por Stepanenko al borde del área pequeña.

Sin embargo, con Banega como estandarte, el Sevilla recuperó el control del balón tras el descanso con la entrada de Krohn-Delhi por Konoplyanka. El danés duró poco más de 10 minutos sobre el césped porque se lesionó de gravedad en la rodilla en un giro. La desgracia pareció despertar a los de Emery en el último cuarto de hora. Gameiro marcó tras adelantarse a Pyatov después de un buen centro desde la izquierda, aunque el árbitro anuló el gol por un fuera de juego que no era. A los 77 minutos de nuevo el francés recibió un preciso pase de Banega, pero cuando se disponía a marcar, el balón botó y su disparo salió desviado. Tampoco tuvo suerte dos minutos después, cuando a portería vacía un defensa local le impidió marcar sobre la línea de gol, pero el tanto del empate acabaría llegando. Gameiro tuvo la oportunidad de resarcirse de sus fallos al marcar de penalti, después de que el argentino Ferreyra cayera en la trampa y derribara a un astuto Vitolo.