Feria de Jerez

Actuación magistral de Morante

  • "Morante de la Puebla" corta dos orejas, que pudieron ser más de haber estado más acertado con los aceros. "Finito de Córdoba" y "El Cid" se van de vacío

El diestro José Antonio «Morante de la Puebla» protagonizó una actuación magistral, hoy en el cuarto festejo de la Feria del Caballo de Jerez, al cortar dos orejas, que pudieron ser más de haber estado más acertado con los aceros.

El primer toro de «Morante» se «rajó» prácticamente saltar al ruedo. El sevillano, no obstante, lejos de tirar por la calle del medio, hizo el esfuerzo en una faena de valor basada fundamentalmente por el pitón derecho, y que pudo haber tenido premio de haber andado más acertado con los aceros.

Con el quinto llegó lo más rotundo de la función. Una faena magistral de principio a fin de «Morante» ante uno de los dos «cuvillos» que más se prestaron al lucimiento.

Nada más abrirse de capa aquello fue la locura. Preciosas verónicas en el recibo y en posterior quite de igual guisa. Cogió «los palos» para clavar tres pares con suma pureza. Y con la muleta, el acabose. Toreo cadencioso, templado, hondo y muy estético tanto a derechas como al natural, amén de los torerísimos remates entre series,

Faena siempre a más, con el público cada vez más metido, que tras la estocada final le llegaron a pedir hasta el rabo, sin embargo, todo se resolvió con el doble trofeo y la triunfal salida a hombros.

"Finito» se encontró en primer lugar con el toro de más calidad del envío, al que sin embargo no supo aprovechar convenientemente en una faena de chispazos pero sin unidad alguna. Y con el complicado cuarto pasó prácticamente de puntillas sin decir nada.

"El Cid» fue el único que no tuvo opción. Ni el desrazado y flojo tercero, ni el reservón y complicado sexto le dieron las más mínimas posibilidades.

Se lidiaron toros de Núñez del Cuvillo, desiguales de presentación, bajos de raza y de juego también variado. Los mejores, primero y quinto.

Juan Serrano «Finito de Córdoba», silencio y silencio.

José Antonio «Morante de la Puebla», ovación tras aviso y dos orejas con petición de rabo.

Manuel Jesús «El Cid», silencio y silencio.

La plaza tuvo tres cuartos de entrada.

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