Taylor Swift sigue triunfando en lo que más le apasiona que es la música country pero, le guste o no, en cada una de sus apariciones públicas es más esperada por sus modelitos que por su voz. La joven cantante volvió a ser la estrella de los Country Music Awards, que celebraron su 47 edición el pasado domingo en Las Vegas. Una cita con la música en la que cada vez goza de una mayor importancia su alfombra roja, que en esta ocasión se tiñó de una elegancia sublime gracias al pase de invitadas como Swift. La rubia no arriesgó pero acertó de pleno con un espectacular vestido blanco con detalles dorados, muy sobrio pero que definía su esbelta figura. Un modelo sencillo, con un toque minimalista y de líneas rectas con el que brilló como la que más y que acompañó de discretos complementos, un peinado sencillo y un maquillaje de lo más natural. No es de extrañar que ganara la partida a celebrities más veteranas como Nicole Kidman, otras de las grandes estrellas de la noche.