A sus 97 años es capaz de repasar la mayoría de los 3.000 casos que hoy componen la decoración de su despacho en forma de libros. Cientos de jerezanos han pasado por las cuatro paredes que han sido testigos de sus 74 años de ejercicio de la profesión. "Mientras Dios me conserve la mente clara y la palabra obediente seguiré ejerciendo la profesión", afirma contundentemente. En la gran mesa de caoba ovalada de la habitación tiene apilados varios periódicos y algunos de sus primeros casos, cuando estos eran en pesetas con minutas que ahora suenan irrisorias. Una réplica de la Virgen de Consolación, patrona de los abogados y tallada por Pinto, preside toda la entrevista mientras sobre el escritorio una talla del Cristo de la Defensión reposa junto a varios libros y fotos familiares. Bajo sus gafas de leer guarda, quizás, el documento más especial que hay encima de la mesa, una lista escrita a mano de todas las personas de su familia que ejercen actualmente como abogados entre hijos, nietos, bisnietos y familia política. "Para que no se me olvidara ninguno", sonríe. De quien seguro no se olvida es de su esposa, fallecida hace seis años y a la que le dedica aún palabras de admiración ya que "fue mi primera pasante porque sin ser abogada me acompañó hasta en el ejercicio de la profesión ayudándome cuando estaba enfermo". Tal es así que planea editar estas Navidades un poemario con textos dedicados a su mujer "pero solo para familia y amigos". Sixto de la Calle Jiménez, además de padre de 15 hijos, abuelo de 38 nietos y bisabuelo de otros 40, ha sido (y es) abogado, empresario, primer presidente y fundador del Xerez CD y del Xerez Deportivo FC; además de haber estado presente en los primeros pasos de la Academia San Dionisio y del Consejo Regulador, llegando a ser hasta primer teniente de Alcaldía y fundador del semanario 'Alerta'.

-¿Qué es lo que le ha faltado por hacer a Sixto de la Calle Jiménez?

-He hecho muchísimas cosas porque junto a la abogacía he desempeñado muchísimas actividades incluso agrícolas y empresariales muy importantes. Creo que no me ha quedado nada porque en definitiva el ejercicio de la profesión ha sido mi primera actividad y la sigo realizando desde hace 74 años. Sigo dado de alta en los colegios de abogados de Sevilla, Jerez y Cádiz.

-¿Qué le impulsa a seguir en el ejercicio de la profesión?

-Me encanta mi trabajo. Es cierto que ahora dedico menos horas por la edad y la excesiva competencia. Hoy somos más de 500 abogados en Jerez. Con decirte que en Sevilla cuando me di de alta en 1940 éramos poco más del centenar y ahora son 7.000. ¡Ahí la diferencia!

-Con una familia de letrados, ¿por qué nunca se han lanzado a instituir un bufete de abogados 'familiar'?

-Cada uno se ha ido independizando, que al final es lo que hace falta porque nos gusta tener nuestra propia clientela y asuntos. Aquí conmigo han dado sus primeros pasos en el Derecho y luego han volado.

-¿Cuándo surgió su vocación?

-Desde muy joven he tenido una gran vocación profesional. Mis primeros pasos comienzan con la lectura de un librito que había en casa, 'El abogado popular' se llamaba. Me interesaba tanto las preguntas y las respuestas que descubrí que mi actividad profesional tenía que ser la abogacía.

-¿Cómo es el cambio hoy día respecto a esos años?

-Tremendo. Ha variado mucho porque entonces el ejercicio profesional era muy independiente, muy sereno y tranquilo. Hoy día se trabaja con unos elementos distintos, quizás nosotros en la época de mis primeros pasos en el derecho nos clavábamos las pestañas estudiando jurisprudencia y la vista del día siguiente.

-¿Qué recuerda con más cariño de la profesión?

-Que en mis 74 años de ejercicio profesional no he presentado nunca una querella contra nadie. Tengo esa satisfacción porque me preocupaba enormemente que por culpa o responsabilidad mía alguien estuviera privado de libertad en la cárcel. Por eso siempre he sido defensor y he buscado en los delitos más grandes circunstancias atenuantes .

-En contra, hoy día parece que un abogado solo está ahí para poner querellas.

-Desgraciadamente han proliferado las denuncias y las querellas de Orden Penal y es una pena porque cuestiones que no deberían ser objeto de proceso Penal se ven en ese procedimiento en vez del Civil.

-¿Cómo recuerda su etapa de primer teniente de la Alcaldía de Jerez?

-Tenía 29 años y fui alcalde accidental por culpa de Miguel Primo de Rivera. Quizás he sido el regidor más joven que ha tenido Jerez porque Miguel iba mucho a Inglaterra y me quedaba yo al frente. Aprendí mucho, sobre todo lo que significa la Alcaldía y tener la responsabilidad de la ciudad, el cariño con el que la defiendes y la representas. Para mí fue una época verdaderamente atractiva y bonita.

-¿Cómo ha visto a los alcaldes que han venido después?

-Hay un refrán que dice 'no juzgues y no serás juzgado'. Si juzgo a alguien será pensando que han podido tener equivocaciones pero el principal motivo de su actividad en la Alcaldía, de todos y cada uno, ha sido el amor a la ciudad y ese sentimiento tiene que unir a todos los que hemos pasado por esa situación tan bonita de ser regidores de una ciudad con un atractivo enorme y que permite hacer muchas cosas.

-Pedro Pacheco, precisamente, dijo hace algunos años que 'La Justicia es un cachondeo'. ¿Qué piensa de toda la polémica que hay en torno a él?

-Hubiera deseado que Pedro tuviera el indulto y que triunfara en esa solicitud porque me da muchísima pena, ya que soy muy amigo suyo y en este caso, realmente, el indulto sería más que justificado y yo lo hubiera apoyado.

-¿Qué justifica un indulto?

-Yo creo que lo tiene que justificar la serie de años que se ha entregado por completo al cariño de la ciudad. ¿Que haya podido tener errores? Todos los tenemos, pero sus 24 años de Alcaldía merecen que tenga el premio del cariño y la satisfacción con la que los jerezanos nos adherimos a esa justa solicitud de indulto.

-¿Lo firmaría también por Pilar Sánchez?

-Por supuesto. Gracias a Dios aún no ha sido condenada en firme, aún puede resultar absuelta en la apelación de la sentencia, pero en el caso improbable de que resultara condenada, que no dude que me adheriría al indulto. Tengo a los dos un gran afecto y pueden haberse equivocado pero nunca han querido cometer ningún delito.

- ¿Cómo ve, ya en el ámbito nacional, tantos casos de corrupción política?

-Me da mucha pena de España porque esta gran nación está viviendo la tristeza de ver delinquiendo a personas que no pensábamos que pudieran entrar en ese camino. Para mí, que he sido defensor vocacional, incluso todas esas actitudes pueden estar motivadas por una situación general en la que se han vivido unas circunstancias que a esas personas les hacía pensar que lo que podían realizar no estaba dentro de una sanción penal.

-Si le digo nombres como Baltasar Garzón o Elpidio Silva, ¿qué me dice?

-En eso prefiero ser cauto y decir que no quiero juzgar a nadie. Admiro a los jueces porque no habría querido tener sobre mí nunca la responsabilidad de una sentencia. Yo no condeno a nadie, yo absuelvo, pienso que siempre hay causas atenuantes. Prefiero pensar que todo el mundo es bueno.

-Es un romántico de la abogacía.

-Totalmente, creo que cuando llegas a mi edad en el ejercicio de la profesión te da mucha tranquilidad no haber puesto nunca una querella a nadie.

-¿Ha sido Alberto Ruiz-Gallardón un buen ministro de Justicia?

-Creo que hay una ley de Tasas que está siendo muy criticada pero que no conozco en profundidad por lo que no puedo definirla. Lo que sí creo es que ha tenido un gesto de serenidad y valentía al presentar su dimisión ante la negativa a hacer efectiva la proyectada ley contra el aborto. Eso sí que es un crimen de millones de individuos que se está cometiendo con un viso de una legalidad que no es tal, en definitiva está amparando auténticos crímenes.

- Volviendo al ámbito local, ha estado en la formación de importantes instituciones como la Academia de San Dionisio.

-Recuerdo la Fundación de la Academia verdadero interés y cariño. Intervino mucho en ella un maestro abogado, abuelo de Pedro Lazzaleta Crusoe y quien redactó nuestra intervención en la redacción de los estatutos. El nacimiento de la corporación es motivo de un auténtica satisfacción al contemplar la historia de esta Academia con unos precedentes fantásticos y que hoy día aún tiene una actividad estupenda y admirable.

-También estuvo en el Consejo Regulador.

-En aquella época explotaba viñas y me nombraron vocal viticultor e intervine en muchas ocasiones y tuvimos la satisfacción de que una propuesta nuestra, por primera vez en la historia de la institución, se aconsejase a la hora de preciar los mostos a unos precios determinados que sirvieron desde entonces de fundamento para los contratos de compraventa. Toda una lucha porque a los exportadores muchas veces había que hacerles comprender que la viticultora es el primer escalón de una producción de nuestro excelente vino. Sin viñas no hay vino.

-¿Está Jerez viviendo su peor momento?

-Ni mucho menos. Tenemos una alcaldesa de la que soy amigo personal y lo está haciendo maravillosamente bien. Ahora mismo Jerez está viendo renacer nuestro negocio vitivinícola, la gran matriz de nuestra grandeza.

-Habla bien y asegura ser amigo de Pedro Pacheco, Pilar Sánchez y María José García-Pelayo, ¿cómo se consigue eso?

-Porque no tengo ningún enemigo y creo que no hay nadie que no me quiera. Cuando voy por la calle, ahora con tanta edad, me saludan con tanto cariño unos y otros que pienso que lo más bonito de venir al mundo es ser amigo de todos. No soy enemigo de nadie en absoluto.

-¿Morirá como las grandes estrellas, ejerciendo su trabajo?

-Mientras que Dios me conserve la mente clara y la palabra obediente a la voluntad seguiré en el ejercicio, que es lo bonito tener alguna preocupación que te ayude a superar motivos de tristeza, como la muerte de mi mujer.