La UCA puso ayer en marcha un año más su Feria de la Ciencia, que sirve para acercar a los ciudadanos, y en general a los más pequeños, muchos de los avances que se producen en diversos campos y su aplicación en cuestiones del día a día, con apoyo del Ayuntamiento. Este año, bajo el nombre 'La ciencia se come', explicaron cómo la alta cocina y la gastronomía del día a día y típica de la zona se fundamenta en principios físicos y químicos complejos, además del desarrollo biológico de nuestros alimentos. El viento, algo más calmado ayer pero aún presente, y algunas gotas de lluvia a media tarde, obligaron a reubicar muchos de los stands y talleres previstos. Y de hecho, los camiones de comida rápida -food trucks- fueron al comienzo de la tarde eliminados del programa porque no podían quedar al aire libre, según señalaban desde la universidad.

La tarde reunió a los visitantes en torno a talleres divulgativos sobre salud, maridaje o elaboración de productos. Desde la mañana se puso en marcha un ciclo de 'showcookings', demostraciones en directo de elaboraciones de recetas en directo. Entre las catas, destacaron las conducidas por el presidente del Consejo Regulador, Beltrán Domecq, o la de Ángel Olachea y Carmelo García Barroso, que trataron sobre el vino de Jerez. Además, tuvo bastante protagonismo la cerveza, representados por la empresa local 'La Jerezana'.

Entre los grupos que pusieron en marcha los talleres se encontraban desde emprendedores hasta investigadores de la UCA y voluntarios, con especial presencia de los miembros de Ivagro, el Instituto Universitario de Investigación Vitivinícola y Agroalimentario de la UCA. Entre los emprendedores fue importante la presencia de pequeños empresarios de la zona que trabajan sobre productos típicos de forma novedosa, ya sea elaborando cremas o derivados alimenticios. Además, grupos como Makro, Unic, González Byass o Montesierra participaron activamente en el proceso de la Feria. Desde primeras horas de la tarde se notó un trajín de visitantes que fue en aumento conforme pasaron las horas, pero tuvo algo menos de impronta que en la pasada edición, que llenó los patios del Alcázar.

Las milhojas del IES Fernando Quiñones.Estudiantes y profesores del Grado de Cocina del instituto jerezano pusieron en marcha un taller en el que explicaban que la masa sube al calentarse cuando tiene mantequilla porque el aire trata de 'escapar' pero la grasa no se lo permite y divide los gases entre la masa, algo que se ve de mejor forma en las milhojas.