La empresa navarra Erri Berri es una vieja conocida de los viejos y mastodónticos edificios españoles. Por sus equipos han pasado las demoliciones de edificios tan emblemáticos como el antiguo estadio Vicente Calderón, el antiguo Colombino y el Carranza, además de la grada norte del Betis entre muchos otros como la reforma de Anoeta. En Jerez empezó a trabajar tras ganar el concurso una vez se aprobó la demolición.

El director de demoliciones es José Luis Blasco, representante de Erri Berri, una empresa navarra localizada en Olite. La compañía ha sido la encargada de echar abajo la estructura del fallido palacio de exposiciones y congresos que se empezó a levantar junto al hospital, en la avenida Reina Sofía, durante el boom inmobiliario de primeros del siglo en curso.

El trabajo, según destacada a este medio José Luis Blasco, “ya está prácticamente terminado, pues de lo poco que nos resta es colocar el vallado perimetral en la zona y poco más”.

La zona ofrece una imagen absolutamente inédita después de ese enorme esqueleto de hormigón se convirtiera en una imagen (mala) de la ciudad en la que fue su primigenia circunvalación. No en vano, los intentos de suicidio han sido habituales en esta estructura de casi 40 metros de altura.

Echar abajo semejante mole no ha sido ni mucho menos fácil. Especialmente porque el hospital general de Jerez está en la parcela colindante y había que minimizar en la medida de lo posible los ruidos si bien el polvo ha sido una tónica que ha sido imposible controlar cuando soplaba el viento en una zona que, como es sabido, está especialmente expuesta al estar en alto.

Los datos de la demolición controlada del edificio son los siguientes: de la estructura ha salido un volumen de aproximadamente 22.500 toneladas, “que es el equivalente que tendrían que haber transportado unos mil camiones. Tan sólo en hierro (de los forjados del hormigón) se han obtenido unas 500 toneladas aproximadamente” las cuales han sido debidamente recicladas.

Todo ese volumen de escombros ha quedado en la zona, debidamente repartido, al tratarse “de residuos seguros, para nada contaminantes” y deberá ser la propiedad quien decida cómo los utiliza. Se trata de hormigón triturado que puede tener múltiples usos a la hora de construir.

Entre los trabajos llevados a cabo por Erri Berri se encuentran también la limpieza de los sótanos del edificio, “dejándolos como estaban en su estado inicial”, así como dejar en el lugar parte del forjado “para lo que se pueda hacer encima de nuevo y de esta forma el trabajo ya estaría realizado”.

Los trabajos de demolición del fallido palacio de congresos y exposiciones de Jerez se han prolongado durante cuatro meses aproximadamente y de media han tenido unas siete personas trabajando a diario en el solar.

Un hecho especialmente destacable es que para acometer el derribo de esta estructura de 40 metros de altura la empresa Erri Berri ha contado con dos máquinas que, para la comprensión general, destrozan la estructura con unas pinzas bocado a bocado. “Una de ellas alcanza los 42 metros de altura -apunta Blasco- mientras que otras más pequeña llegaba hasta los 28 metros. Se trata de equipos muy especiales que necesitan ser transportados por carretera con unas plataformas y cabezas tractoras especiales”, concluye el director de demolición de Erri Berri.