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Urbanismo El futuro del litoral gaditano

Un respiro para la Costa de la Luz

  • La crisis ha paralizado el desarrollo turístico del litoral tras décadas de crecimiento · Sólo se construye un gran hotel y no habrá aperturas de relevancia en tres años

El cartel de los grandes proyectos hoteleros en la Costa de la Luz ha cambiado con la irrupción de la crisis: las anheladas y provechosas inversiones de antaño son operaciones complejas y onerosas en estos albores de 2009; y los -otrora- ávidos promotores no están dispuestos hoy a poner ladrillo sobre ladrillo hasta que no exista alguna certeza de recuperación económica. Sin financiación y sin confianza en el mercado, los empresarios inmobiliarios y turísticos han frenado en seco sus ingentes planes de desarrollo en la provincia, y han propiciado, al mismo tiempo, un respiro para la costa de Cádiz después de dos décadas de pura efervescencia.

El pasado 10 de octubre, la sociedad Towsur se convirtió en una insólita aventurera del sector al comenzar la construcción de un apartahotel en la playa de El Roqueo, en Conil. El inmueble, que contará con 113 apartamentos y una inversión de 30 millones de euros, se ha convertido desde entonces en la única iniciativa turística de envergadura en obras en todo el litoral gaditano, bordado de proyectos que, en estos momentos, no ha pasan del papel.

La promotora de El Roqueo aclaró que trabajará sin prisas, con un plazo de ejecución de 36 meses, y con la confianza de que su activo inmobiliario se incorpore en 2011 a un mercado sano.

En este horizonte de los tres próximos años, la planta turística de la costa no incorporará ningún alojamiento de relevancia. Serán tres años de tregua, cuatro, si sumamos el recién despedido 2008, en el que sólo se inauguró un gran hotel, el Elba Costa Ballena -213 habitaciones-, en Rota, cuyas obras comenzaron en 2006.

Las últimas estadísticas dan cuenta del parón del desarrollo hotelero de la Costa de la Luz. El destino incrementó su capacidad de alojamiento un 62% entre 2001 y 2007, sumando una media de 2.200 plazas anuales hasta superar las 39.000 camas, según datos del INE. Pero en el último ejercicio esta evolución se ha truncado y los indicadores apenas suman a la oferta gaditana el nuevo Elba roteño y varios inmuebles de pequeño tamaño.

El presidente de la Asociación Provincial de Hoteleros, Antonio Real, admitió en una entrevista en septiembre que la oferta de hoteles de la provincia ha entrado en "una fase de reajuste" ante la tendencia a la baja del un mercado de turistas que en los últimos años apenas ha permitido compensar el constante aumento de camas en la provincia.

La primera línea de la costa mantiene al menos en cartera una docena de proyectos que suman más de 7.000 camas, aunque sus expectativas de desarrollo se sitúan siempre más allá de 2011. Existen dos grandes iniciativas en Atlanterra (Tarifa); una en La Fontanilla (Conil), otra en el Novo Sancti Petri y dos más en Cádiz -de carácter urbano-.

Los tres planes hoteleros más importantes siguen fijos en El Palmar, Chipiona y Trafalgar. El desarrollo de todos ellos era inminente a principios de 2008, pero permanecen bloqueados desde entonces a causa de la crisis.

La firma Riera Marsá sigue sin encontrar financiación para construir un gigante apartahotel en la playa de Vejer, pese a que el plan está aprobado por la Junta desde mayo de 2007. En el faro de Trafalgar, una disputa de terreno entre empresarios y propietarios impide el avance de un proyecto que la crisis ha terminado de helar. Y en Costa Ballena, hasta cuatro cadenas mantienen totalmente aparcadas sus históricas iniciativas, grandes planes hoteleros sobre un suelo ya planificado que sólo aguarda inversiones.

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