Solemnidad. Esa fue la nota más característica de la tercera estación de penitencia de Humildad y Paciencia como hermandad y cofradía de nazarenos y además, quisieron empezar a demostrar que no quieren vivir más de prestado, principalmente por dos motivos. Por una parte, su templo de salida. Por circunstancias más o menos conocidas en el mundo cofrade no pueden realizar estación de penitencia desde su sede canónica, la iglesia de la Santísima Trinidad, y en tres años han tenido que pasar por Los Descalzos, la Catedral y ayer, San Dionisio. La hermandad que preside José Manuel Bellido espera que puedan ser muchos años más los que salgan desde el templo del patrón. Por otra parte, el paso de misterio. Muchos echarían de menos ayer la elegancia que daba un paso tan histórico como el que cedía la hermandad de la Vera Cruz de Cádiz, pero hay que pensar que el paso que ayer se estrenaba solamente en carpintería ya pertenece de pleno derecho a la hermandad trinitaria. Comienza por tanto a crecer Humildad y Paciencia con la mente puesta en llegar a entrar en un futuro en la nómina de cofradías que realizan su estación de penitencia a la Catedral. Así y todo, como aseguran desde la propia hermandad, estos años que les quedan en el Sábado de Pasión les vendrán muy bien para ir completando su patrimonio, terminar el misterio e ir sobre todo ampliando su nómina de hermanos y de nazarenos, ya que ayer volvieron a ser muy pocos, solamente cuarenta que, no obstante, dejaron una impronta de elegancia y seriedad por las calles de Jerez.

En cuanto a lo más destacable de ayer, la recuperación de San Dionisio para el mundo cofrade. La salida de Señor de Humildad con la noche ya cerrada entre los naranjos de Doctor Revuelta y Montiel y los sones de la música de capilla fueron uno de los primeros momentos mágicos que se vivirán a lo largo de la semana, así como el paso de la cofradía por San Miguel en penumbra. Fueron pocas horas en la calle, solamente tres, pero ya saben lo que dicen. Lo bueno, si breve…