Patrimonio

Sacando los brillos de la Cena

  • Días atrás se procedió a la limpieza del paso de la Cena, una labor necesaria para el mantenimiento de esta joya

Hace una Semana Santa, la pasada, la gran novedad o estreno, aunque no fuera así exactamente, fue el regreso del paso del Señor de la Sagrada Cena a las calles en el Lunes Santo, tras el magnífico paréntesis de 2009 cuando el Señor salió solo en el paso del Santo Crucifijo.

Decimos magnífico porque aquello fue sencillamente impresionante. Nunca una provisionalidad tuvo tanto éxito. Pero no era lo que debía ser. Eso está claro.

Quedará en el recuerdo y en las imágenes que se guardarán dentro de las exclusividades semanasanteras que se nos han regalado en los últimos años. El reestreno del misterio creado por Castillo Lastrucci supuso todo un acontecimiento, tanto en su reencuentro con la ciudad cofrade como por los resultados de la restauración que en toda regla se le aplicó al conjunto del paso. Fue la primera experiencia que se llevó a cabo en cuanto a elegir la restauración frente al nuevo dorado, que es lo que venía  siendo lo habitual hasta el momento.

Los profesionales de Ressur asumieron el reto para darle el tratamiento que se puede aplicar a un retablo, por ejemplo, pero con la salvedad de que esta ‘pieza’ no es estática, sino que tiene que moverse, lo que implica riesgos y perjuicios añadidos. En cualquier caso y tras evaluarse los magníficos resultados del trabajo, ahora toca mantener lo que se consiguió con mucho esfuerzo no sólo profesional sino también por parte de la Hermandad, la cual se empeñó en una aventura de altos costes que resolvió una asignatura pendiente en la hermandades, como es arreglar un misterio que presentaba gravísimas deficiencias y que hacían peligrar su estructura y por tanto la vida útil de este emblemático paso no sólo para Jerez, también para la Semana Santa universal. 

Antes de la llegada del Lunes Santo se procedió a una exhaustiva limpieza de los respiraderos y de la canastilla, eliminando la adherencia de suciedad y de la cera que cae desde los candelabros del paso. El objetivo es no dejar que pasen otra vez los años sin que se vayan eliminando esos elementos, que al fin y al cabo son los que ensombrecen el oro que se ha rescatado de debajo de capas de suciedad.

Con sumo cuidado y con mano experta, se ha tratado todo el paso para que luzca este Lunes Santo tal y como se le vio el pasado año. De esta forma  se empieza a cumplir con el principio de mantener un bien patrimonial que para esta hermandad es un legado cuya realidad es digna de la mejor Semana Santa y el complemento perfecto en la estética de una cofradía rica en matices y detalles de enorme belleza cofrade tanto en lo que pone en la calle como en las formas con las que se pasea por el Lunes Santo.

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