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A David Broncano no le ve ya ni Perry

Belén Esteban es entrevistada por David Broncano en 'La resistencia'

Belén Esteban es entrevistada por David Broncano en 'La resistencia' / Movistar

El entorno del inquilino de la Moncloa tiene un odio jurado a Pablo Motos. Al valenciano se le llama de todo en las redes sociales, en esa típica marejada que busca influenciar al límite tóxico. Es el precio de estar al frente del espacio más visto del primer prime time de la televisión, en un comportamiento rentable e influyente en la franja diaria.

Cuando el presidente Pedro Sánchez lo visitó en vísperas electorales ya se quejó en antena de ser víctima de este espacio, en un tenso encuentro con su presentador. Se quejó de algunos comentarios de la tertulia, en especial de Juan del Val. En El Hormiguero no se dice nada más allá de lo que se oye cualquier día entre los miles de millones de formatos de comentarios políticos que empapelan la programación de cadenas públicas y privadas, en radio y TV. Los contertulios y todólogos impuestos por los distintos partidos opinan obedientes y vehementes las consignas de cada jornada. Después no nos podemos quejar de la polarización que existe en España en estos momentos.

Pero El Hormiguero, decíamos, no es un monstruo mediático de siete cabezas que atice a diario a este presidente del Gobierno que siguió vivo tras el verano. Aunque el odio jurado parece que no deja dormir y se buscan soluciones, a cualquier precio, para dar un golpe de estado en la noche televisiva dominada por Antena 3 (entre Vicente Vallés y Pablo Motos). La última incorporación ha sido una lentísima serie diaria llamada Cuatro estrellas, un microcosmos costumbrista de una pequeña ciudad donde siempre está pasando lo mismo. Un tostón. Un tostón como La resistencia (hagan la prueba con ambos contenidos).

En la recámara para asaltar a Pablo Motos está el fichaje de David Broncano por 14 millones de euros por temporada que ha originado un seísmo en la cúpula de RTVE y que ha desencadenado el cese de la directora interina Elena Sánchez, que se oponía a un excesivo contrato de tres años frente a la determinación de su cesado director de contenidos, José Pablo López.

Pero ¿quién es ese Broncano? Le sonará tal vez de oídas, de haberle visto por las redes, en algún vídeo de Youtube, donde se seleccionan y comprimen sus entrevistas en La resistencia, programa de El Terrat para Movistar Plus +. Con una audiencia universal dichos vídeos suelen tener unos 300.000 visionados en su primera semana aunque la cuenta del programa tiene 3,5 millones de suscriptores. Al presidente Pedro Sánchez le encanta. Broncano se antoja como el gran representante de la audiencia más volátil e inconstante: "los jóvenes" (sí, el vivero del voto de izquierdas).

La resistencia es un late show que ha venido desinflándose con los años. Los jóvenes pasan cada vez más de él. El cesado (y posiblemente readmitido) director de contenidos de RTVE, José Pablo López, tiene fe en las posibilidades de este presentador y cómico jiennense, fajado en la stand up comedy y en la radio. En sus entrevistas se deja guiar y los jóvenes espectadores valoran sus réplicas, estar al quite de las respuestas de sus vivarachos entrevistados. Sus dos preguntas fijas, cuánto dinero y cuántos polvos el último mes acumula el interrogado, ya han perdido su efecto irreverente y de sorpresa. Broncano es desinhibido, cordial, incluso con cierto poso rural que le convierte en cercano. Pero no es nada del otro mundo.   

La resistencia no debe sumar de media en estos momentos más de 20.000 espectadores en tiempo real en las noches de Movistar Plus + y es poco probable que los visionados completos bajo demanda sean más de 300.000 por entrega al cabo de una semana. Como poco está muy lejos de los más rentables contenidos deportivos de la plataforma y a distancia sideral de la audiencia de los contenidos en abierto más vistos.  Cuenta incluso con un canal propio, monográfico para este programa, que no es de los más visitados precisamente de la plataforma.

El próximo fichaje de David Broncano para TVE es una exigencia del Gobierno que no va a salir bien en cuestión de audiencia y no va a conseguir destronar, ni de lejos, a Pablo Motos. Si el equipo de La resistencia futura consigue en La 1 acercarse a lo que anota ahora la serie Cuatro estrellas ya sería todo un logro. El serial suma 1 millón de espectadores en una hora de gran consumo, sobre el 8%. El odiado programa de Pablo Motos duplica con creces cualquier día, triplicando con invitados estelares. De 2,2 millones de espectadores en adelante, con picos por encima de los 3 millones. A David Broncano le costaría mucho más que 3 años y 42 millones de euros anotar cifras que pudieran aproximarse a lo que hace El Hormiguero.

Por hábitos, por tendencia. También por simpatía, que Broncano es menos simpático y generalista de lo que creen sus valedores. Tiene desparpajo pero también cierta malaje. En Andalucía sabemos de qué estamos hablando. Sólo hay que verle un rato.

Una contratación tan cara es un despilfarro que no puede permitirse RTVE y que no afrontaría, ni de lejos, una cadena privada u otra plataforma. Si RTVE se va a gastar 42 millones sólo por agradar a Pedro Sánchez y a su entorno es un despilfarro aún más gigantesco.

Es así: al de La resistencia no le ve ya ni Perry, que es una expresión muy muy antigua. El abogado Perry Mason fue la primera serie estadounidense que se convirtió en un fenómeno social en España, a principios de los años 60. Años de imposición de la dictadura y de la censura, nostalgia que a veces parece asomarse por los asesores de la Moncloa que les gustaría que los españoles tuviéramos un pensamiento y gustos únicos. 

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