En "el pozo de la depresión"

El cantante de éxito de los años 80 que ha dormido en la calle y canta en el Metro

El cantante Luis Font en el programa 'Socialité'

El cantante Luis Font en el programa 'Socialité'

A la gloria y éxito musical le pueden suceder con los años los reveses  económicos de quienes no han administrado cuentas y mente en los tiempos de bonanza. Es lo que sucede con un miembro de Locomía, Luis Font, que tras tocar el cielo con los abanicos de su grupo de tumultuosa historia, ha acabado en una total precariedad durante los últimos 25 años. Un declive económico unido a una depresión. En la reciente docuserie de Movistar Plus + sobre este grupo se analizaba la historia y decadencia de este grupo que sonaba en las discotecas de todo el mundo. Otro de sus miembros, Francesc Picas, fallecía recientemente.

Font se vio obligado a dejar la excéntrica formación musical donde también estaba su hermano Xavier quien fue el que le expulsó. Tras dejar el primer plano de la música comercial, con dinero y fama, este cantante se vio envuelto en un proceso depresivo, con consumo de drogas, del que fue saliendo gracias a su vocación artística. Según ha comentado en el programa Socialité de Telecinco ese impulso por la canción y compartir la música con los demás es lo que le ha permitido salir adelante. E incluso, sin tener nada que llevarse a la boca, ha sido la forma en la que se ha ganado la vida en el Metro cantando, como ha venido haciendo en los últimos meses.

El cantante Luis Font en la actualidad El cantante Luis Font en la actualidad

El cantante Luis Font en la actualidad

El ex Locomía, que tiene en estos momentos una ayuda de 250 euros, asegura que incluso ha debido de pasar rachas durmiendo en la calle y que no va a renunciar a seguir en contacto con el público aunque sea animando en los vagones del Metro de Madrid. "No puedo dejar de ser quién soy, soy así y siempre lo seré", expresaba en Telecinco.  En el metro se ha "reencontrado con la música y con el público" y también ha encontrado muchas buenas personas que le han permitido sentir esperanza en la vida. Y pese a tener la experiencia de los escenarios y los rigores profesionales de ser famoso, cantar ante la gente le atenaza, ha sentido "miedo escénico" en sus actuaciones entre los viajeros. Sale adelante no sólo con la ayuda de unas monedas sino también del afecto que recibe. Más de un fugaz espectador le ha reconocido.

Sobre si puede encontrar un trabajo estable el que fue estrella ochentera reconocer que "le cuesta encajar" y por eso no ha encarrilado su vida como hubiera deseado. Ha buscado trabajo pero después le ha costado sostener esa estabilidad. Ha estado "en el pozo de la depresión" durante 27 años y ahora quiere tener una oportunidad para poder tener una vida normal. Cantar en el metro es iniciar parte de ese camino

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