Siete fueron las plagas de Egipto e incontables son las que se incrustan en nuestras vidas a todas horas del día. Una es la intromisión telefónica en el domicilio ya sea tiempo de comer, de sestear o, simplemente, de conversar con la familia. Una ola de llamadas telefónicas con la pretensión mayoritaria de ofrecerte duros a cuatro pesetas, que suele ser el timo más previsible y más usado desde el principio de los tiempos. Operadores que te ofrecen pagar menos por más, compañías eléctricas que, ídem de lienzo, incluso te advierten del abuso a que te somete tu actual suministradora. Y no hablemos del millón de encuestas al uso, qué manera de insistir, qué forma de molestar, de importunar en momentos que crees de intimidad. Pero caigamos en la cuenta de que la intimidad no existe, nos la arrebataron vía telefónica.