Un gol en el minuto 95 de Iván Turrillo condenó al Arcos a seguir ocupando el farolillo rojo de la clasificación. Los de Queco Rosano intentaron resistir el asedio de su oponente, pero acabaron hincando la rodilla en el tiempo suplementario con el tanto de los algecireños.

Salió intimidando el conjunto del Campo de Gibraltar y en apenas diez minutos encadenó dos acciones de peligro, ambas en las botas de un participativo Willy. Los de Mere empezaban con hambre, demostrando el porqué de su buena clasificación ante un Arcos que arrancaba la jornada como farolillo rojo de la tabla. Los rojiblancos achuchaban, con un fútbol elaborado en el centro del campo que privaba a su adversario de la posesión del balón. Sin embargo, la falta de profundidad, unida a la buena disposición de los serranos impidió que se vieran aproximaciones claras de peligro. Es más, arcenses y algecireños se enfrascaron en una batalla en la zona ancha que despertó más de un bostezo en las gradas del Antonio Barbadillo. No podía el Algeciras con la muralla cimentada por Queco Rosano.

El míster local cerró todas las vías interiores a un conjunto rojiblanco que no sabía cómo superar la defensa urdida por el técnico del Arcos.

Antes de la media hora volvieron a la carga los entrenados por Mere. Buena combinación entre Melchor y Joselu, pero éste último remata lejos de la portería custodiada por Ismael. Parecía estirarse el Algeciras ante un Arcos cada vez más timorato y que cedía la iniciativa por completo a su oponente. No obstante, la mejor oportunidad del primer tiempo fue para los anfitriones. Al borde del asueto fueron los de Rosano los que rozaron en un testarazo de Chato que se estrelló contra el travesaño del arco de Josemi. Susto final para un Algeciras que, a pesar de dominar territorialmente y generar incertidumbre a lo largo de todo el primer tiempo, cerca estuvo de marcharse al descanso por debajo en el tanteador.

El paso por vestuarios apenas cambió el decorado del partido. El Algeciras seguía monopolizando el esférico ante un Arcos que se conformaba con no pasar apuros e intentar cazar algun contragolpe que pusiera en aprietos a la defensa de los rojiblancos. Los de Mere apretaron los dientes en el arranque del segundo tiempo, quizás influenciados por los cambios introducidos por el entrenador. Grande y Javi Chico ocuparon las posiciones de Caba y Mario.

El juego ofensivo de los algecireños mejoró y empezaron a merodear con mayor asiduidad las inmediaciones de Ismael. David Grande dispuso de una inmejorable ocasión para establecer el 0-1, y minutos después sería Joselu el que rozaría el gol pero acabó quedándose con la miel en los labios. Metía una marcha atrás el cuadro de Campo de Gibraltar, buscando una vez tras otra el área de un cada vez más asediado Ismael.

El Arcos no podía superar la presión asfixiante que imponía el Algeciras, aunque parecía que los locales se guardaban una bala en la recámara en alguna acción al contragolpe. Pero ni así. La solidez de la defensa visitante impedía que los de Queco Rosano pusieron en algún tipo de aprieto a los del Campo de Gibraltar. El tiempo se consumía y el gol no llegaba. Parecía que los de Mere iban a truncar su buena dinámica de resultados en el Antonio Barbadillo. Pero, cuando todo parecía perdido, apareció Iván Turrillo en el 95' para establecer el 0-1 que dio los tres puntos a los de Nuevo Mirador. Un trunfo agónico que sabe mejor y que refuerza las aspiraciones algecireñas. Este equipo está enchufado y lo demuestra cada jornada sobre el terreno de juego.