La gran selección española se ha esfumado. Podrá ganar esta Eurocopa, como hace dos años ganara también el Mundial. Pero su estilo, su fútbol excelso y rayano en la perfección, da la impresión de haberse ido para, si acaso, volver con cuentagotas, como en esos minutillos ante Italia o Irlanda en los que sí recordó a aquel equipo que dirigido por Luis Aragonés embelesaba a todos sin distinción.
Éste es otro equipo. Donde el veterano entrenador de Hortaleza situaba a Senna, Del Bosque, sin reparos, ubica a Busquets y Xabi Alonso. Y, cuando el partido quema, incluso los acobarda, ahogando a Xavi y el caudal de fútbol de la España que enamoraba. Los miedos del renovado seleccionador (lo de ayer fue para enviarlo a su casa antes de que acabe la Eurocopa por desmesurado que parezca) han acabado por ir calando por ósmosis entre sus futbolistas. La degeneración es paulatina, por mucho que pareciese repuntar ante la feble Irlanda, frente a la que, casualmente, Xabi Alonso dio un paso adelante para alinearse en paralelo con Xavi y apretar al rival en la línea de creación. Ante los pequeños, sí; frente a Croacia, la selección aún española llegó a especular con el balón y con el resultado, un 0-0 que la enviaba, previsiblemente, a sufrir los embates de dos potencias físicas como Francia y Alemania, quienes, por lo visto a la fecha, podrían haber fulminado a un equipo que da síntomas de asfixia y al que su seleccionador, encima, no refresca ni por asomo. Sólo dos sustituciones ante Italia; ayer, la de Negredo por Xavi ya testimonial, alineaciones casi calcadas, sin rectificar nada...
Defensa
España hasta sufrió cuando Croacia apretó en los estertores. Las imprecisiones de Arbeloa y Piqué y las espaldas de Jordi Alba fueron presa del ímpetu ajedrezado, ante el que no cedieron Casillas ni, principalmente, Sergio Ramos. Como frente a Italia, la pareja de medios centro, para colmo, hizo aguas en esos instantes. Ocupan el mismo espacio. Son dos camareros en una barra estrecha, se estorban y sirven la mitad que haría uno solo. Xavi reventó; Silva e Iniesta, metros arriba y sin socios, también.
La selección nacional, si de alguna manera defendió, lo hizo con el balón. Haciendo acopio de él sin velocidad ni profundidad. Algo absurdo, un sucedáneo amargo del laureado tiqui taca.
Ataque
España no generó jugadas de gol. Hasta que Jesús Navas entendió un fútbol que no le va y se fue al medio, sólo un disparo suyo, otro de Iniesta y uno inicial de Torres; los tres sin ángulo, por escapar del embudo... Porque abrir el campo no tiene por qué ser sinónimo de jugar con extremos, como cree este alineador; es, en el caso de este equipazo que él no hizo, quitar un medio centro y facilitarle vías a Xavi.
virtudes
El fútbol de España ha tocado fondo e irá a más. Peor es imposible jugar con tan buenos futbolistas.
talón de aquiles
Vicente del Bosque González (Salamanca, 23 de diciembre de 1950).
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