Jerez

Vinoble pasa por la tijera para reducir costes y su duración

  • El Salón de los Vinos Nobles volverá al Alcázar a principios de junio con sólo tres días de duración y el Ayuntamiento limita el gasto en la organización a 57.000 euros, un 63% menos que la última edición

Vinoble se ha salvado de la quema. El gobierno local del PP se ha inclinado finalmente por mantener el evento, cuya continuidad corría serio peligro por la complicada situación financiera del Ayuntamiento, que hizo pensar en prescindir del Salón de los Vinos Nobles, aunque finalmente volverá en 2012 a su cita bienal en el recinto del Alcázar.

La octava edición de Vinoble estará marcada por la austeridad en el gasto que el gobierno local ha impuesto a toda actividad que se desarrolle en la ciudad con el objetivo de que, lo que no se autofinancie, tenga el mínimo coste para las arcas municipales. En esta línea, la junta de gobierno local aprobó a finales de noviembre iniciar el expediente para la contratación de la organización, el comisariado y la gestión del Salón, por importe de 57.000 euros, que supone un recorte de 100.000 euros (-63%) respecto a la convocatoria de la última edición, en la que ya se rebajó el presupuesto a casi la mitad.

El Ayuntamiento mantiene la fórmula del concurso público adoptada por el anterior gobierno socialista para la última edición de Vinoble - las seis primeras se realizaron por adjudicación directa- , al que podrán concurrir las empresas interesadas, aunque fuentes próximas al gobierno municipal consideran poco probable que el comisario de Vinoble 2010, Pancho campo, vaya a repetir al frente del salón con su empresa 'The Wine Academy' . No está por la labor.

Según la información recabada por este periódico, entre los posibles candidatos suena con fuerza el nombre de un catedrático de Madrid que tendría un perfil muy distinto al de los dos comisarios que ha tenido Vinoble, estrechamente relacionados con el mundo del vino y la intermediación.

Al tijeretazo del coste se une la reducción en un día de la duración del evento, que se desarrollará durante tres jornadas en lugar de las cuatro con las que logró su consolidación en el calendario de eventos de la ciudad, al que se incorporó en el año 1998, cuando el entonces alcalde Pedro Pacheco adoptó la idea del periodista Carlos Delgado, comisario de las seis primeras ediciones organizadas por Opus Wine.

Vinoble tampoco logra escapar de las altas temperaturas que suelen acompañar a su desarrollo, caso de la última edición -en la que los termómetros marcaron máximas de 35 grados que no invitan a la ingesta de vinos generosos, licorosos y dulces naturales que se dan cita en el Salón-, ya que la octava edición se celebrará a principios de junio, entre los días 3 y 5 para más señas. El gobierno municipal baraja la idea de instalar toldos en el recinto amurallado para mitigar el calor.

El Ayuntamiento debe darse ahora prisa por lo avanzado de la fecha para la adjudicación, que en la anterior y única ocasión en la que salió a concurso se cerró a principios de julio, trámite que se ha demorado en exceso por las serias dudas que se cernían sobre el futuro de Vinoble, finalmente zanjadas en favor de su continuidad. La intención del gobierno municipal es que el proceso esté muy avanzado a final de mes, con lo que la organización dispondría de cinco meses hasta junio.

Vinoble logró salir en la última edición de los números rojos, según la información facilitada en su día por el anterior equipo de gobierno, que cifró en 73.461 euros el saldo positivo del Salón.

El Ayuntamiento se hace cargo del acondicionamiento del Alcázar y la instalación de stands, por cuya ocupación se fijaron en 2010 precios públicos que oscilaban entre los 3.400 euros para expositores repartidos por los jardines de San Fernando y El Molino, y los 4.900 euros por la ocupación del espacio de exposición en el Palacio de Villavicencio. En cuanto al uso del 'show-room', el precio establecido fue de 1.800 euros.

Una vez resuelto el dilema de la continuidad, el Ayuntamiento tendrá que trabajar ahora en el programa complementario, que se regirá por la misma filosofía que el resto de actividades que se desarrollan en la ciudad, a saber, la posibilidad de la autofinancia- ción o el menor coste posible.

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