PARECE darse por seguro que la Virgen de La Merced es celestial Patrona de Jerez, desde el siglo XIII; siendo jurada como tal por el Concejo de la Ciudad en 1300; y existen datos oficiales, en las actas de Cabildo, de que el mismo Concejo ya asistió a sus fiestas y procesión en 1410. Pero, no obstante, lo cierto y lo fijo es que el patronazgo no sería oficial hasta que lo declarara por breve pontificio el papa Pio XII, el 27 de junio de 1949, aunque la devoción a Ntra. Sra. tendría su especial arraigo en el siglo XVI, tras las numerosas rogativas por sequía que se elevaron a la bendita imagen, en los años 1599 y 1600, siempre con la misma respuesta de agua abundante para los resecos campos jerezanos.

Su fiesta se celebró, en principio, el 30 de abril, y luego el 15 de agosto, considerado por excelencia el día de la Virgen, hasta que finalmente se pasó al 24 de septiembre. En dos ocasiones, la imagen de la Virgen se veneró por algún tiempo en la iglesia parroquial de Santiago. La primera, durante la invasión francesa y, la segunda, durante la expulsión de los frailes mercedarios, obligados por la desamortización de Mendizábal. Después de unos tres años, la Virgen regresaría a su templo, hoy convertido en basílica-santuario. Los frailes de su orden, no obstante, aún tardarían en hacerlo, pues no volverían a Jerez hasta 1940, haciéndose de nuevo cargo de su convento, del templo mercedario y de la custodia de la imagen de la Señora, de estilo gótico, de finales del siglo XIII o mediados del XIV. Imagen que sería canónicamente coronada, por suscripción popular, en solemne ceremonia oficiada por el Cardenal Bueno Monreal, el 31 de mayo de 1960, en acto multitudinario, celebrado en la Alameda Vieja.

Alrededor de nuestra Patrona han existido secularmente varias leyendas; una de ellas, alude a su llegada a Jerez, traída por un soldado, desde Algeciras, y otra, la más importante, a que su color moreno proviene de haber estado oculta, durante muchos años, en un horno de tejas, existente en el solar donde fue levantado su monasterio. Esta última es la que más ha prevalecido, pese al paso del tiempo.

Otra singularidad de nuestra celestial Patrona, que muchos desconocen, y a la que dedicamos este artículo, es de que al mismo tiempo de ser Patrona de Jerez, lo es también de numerosas ciudades españolas e, incluso, hispanoamericanas, en países como México, Argentina, Bolivia, Ecuador, República Dominicana, etc Llegando su patronazgo hasta Filipinas y al pequeño estado norteamericano de Delaware. Al mismo tiempo, es honrada como co-patrona de Cádiz y de las instituciones penitenciarias españolas que suelen organizar, anualmente, en la fecha del 24 de septiembre, distintas fiestas y actos en honor de la Virgen, bajo dicha advocación mercedaria. Y antiguamente, en tiempos del alcalde Alvaro Domecq, en el antiguo Matadero de Jerez, que también la tenía por su patrona, este día se celebraba con una gran fiesta flamenca.

En Jerez, nuestra amada Patrona recibe cada año la veneración de sus numerosos devotos; los que acuden en masa a los actos de su novena, y a la procesión que inunda con el tradicional perfume a nardos, las calles de su recorrido. El Ayuntamiento bajo mazas preside la procesión, tras la renovación del legendario voto de 1300, que se lleva a cabo, en la misa solemne de este día, ante la milagrosa imagen de Nuestra Señora, a la que los gitanos del barrio solían cantar, en un remate por bulería: "¿A dónde va usté? / ¿A dónde va usté? / ¡A vé a la Virgen de la Mercé!".