Halloween, la festividad conocida también como 'Noche de brujas' o 'Noche de los difuntos', aunque esté irremediablemente relacionada con EE.UU., es de origen celta. Fueron los inmigrantes irlandeses quienes trasmitieron versiones de esta tradición a América del Norte donde se ha popularizado. Esta fiebre por Halloween lleva años asentada en España, los disfraces abundan y las fiestas temáticas y los escaparates decorados con calabazas son ya algo normal. Ya nadie se extraña si niños vestidos de pequeños fantasmas y brujitas llaman a la puerta de casa diciendo: ¿Truco o trato?, y es porque los españoles ya somos partícipes, en gran parte, de esta tradición que cada vez está más extendida.

En la jerezana calle Zaragoza, junto a la Plaza de Toros, existe un pequeño Dublín donde esta terrorífica noche puede vivirse por todo lo alto hasta el fin de semana. El empresario David González es el encargado de regentar esta plaza de Canterbury donde hay una cervecería irlandesa, un pub irlandés y próximamente una discoteca. El pub O'Donoguès está decorado cuidadosamente con terroríficos abalorios y en su interior acoge a monstruosos personajes y hasta un cementerio en el que los muertos vivientes despiertan en la noche mágica para abandonar sus tumbas. "La noche de Halloween repartimos regalos a nuestros clientes para que se puedan disfrazar, en otros de nuestros pubs maquillamos a la gente, y todo aquel que vino disfrazado obtuvo un descuento en copas", declaró el gerente de la cadena. Hasta los camareros estaban caracterizados durante la celebración de Halloween que "tiene su importancia en nuestro establecimiento al tratarse de un pub irlandés, siendo los propios irlandeses quienes inventaron esta festividad", declaró este empresario quien mostraba con orgullo el interior del local. "Me encanta esta fiesta y suelo ser yo quien decora el establecimiento junto al resto de empleados". Este enamorado de la cultura irlandesa reconoce que "hace muchos años que esta fiesta nos ha invadido. Hasta El Corte Inglés tiene Halloween y cualquier tienda utiliza la decoración propia de esta festividad. Se ha inculcado la celebración y tampoco hay tomarlo como algo negativo, sólo es algo más que celebrar".

Las calles de Jerez eran recorridas anoche por brujas, vampiros, piratas y zombis aunque las tiendas no han sido grandes beneficiarias en esta ocasión a la hora de vender disfraces. María Ángeles, dependienta de la tienda Carrusel Juguetes, sita en calle Castilla, asegura que no es rentable vender disfraces si no es por encargo. "Mis disfraces son de calidad y valen 30 o 40 euros, cantidad que la gente prefiere no gastar en un disfraz que usará un día, así que acuden a comercios chinos y grandes almacenes para hacerse con uno mucho más barato y de peor calidad".

A quienes se les inculca cada vez más la celebración de este día es a los escolares. Durante la mañana de ayer, los alumnos del Colegio La Salle Buen Pastor celebraban Halloween a través de distintas actividades. Maripaz, profesora de 4º de Primaria de este centro explicó que "en esta semana en las clases de inglés, hemos explicado el origen de Halloween, el porqué de su celebración y hemos hecho una pequeña celebración con el vocabulario que hemos aprendido durante estos días". Una bolsa de basura y una careta fueron los complementos perfectos para crear un disfraz artesanal y reciclado. Esta fiesta, insiste la profesora,"no la estamos imponiendo, sólo dando a conocer en relación a la cultura inglesa. Es parte de la asignatura dar a conocer esta festividad y explicamos que aquí existen otras tradiciones distintas", declaró la docente.

Durante la tarde de ayer, en distintos puntos de la ciudad y lugares como el Club Nazaret se realizaron diferentes fiestas de disfraces y talleres donde compartir, sobre todo con los más pequeños, esta cita que se celebra cada noche del 31 de octubre. Así, desde hosteleros hasta comerciantes, pasando por escolares, han caído en la trampa de esta fiesta que, nos guste o no, ya forma parte de nosotros.