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Jerez

La vendimia más madrugadora

  • La campaña arranca en el viñedo de los vinos blancos de la Tierra de Cádiz, aperitivo de la vendimia del jerez Cortijo de Jara y Barbadillo, los primeros en cortar por el avanzado estado de madurez de la uva tanto blanca como tinta

El viñedo del Marco de Jerez avanza hacia una vendimia marcada por una fuerte caída de producción tras las cifras récord alcanzadas en la última campaña, en la que se rebasaron los 82 millones de kilos de uva. Aunque las primeras estimaciones apuntan a una caída del 40%, la cosecha prevista entra dentro de lo que se considera normal en el Marco, con una producción final de en torno a los 50 millones de kilos de uva -la de 2012 rondó los 47 millones de kilos-, cantidad suficiente para garantizar la reposición de existencias en las bodegas jerezanas.

Pero mientras la llave de la vendimia del jerez la tiene el mes de agosto, en cuya segunda mitad arrancará previsiblemente la recolección de uva, las viñas de las variedades blancas con las que se elaboran los vinos de la Tierra de Cádiz registran una intensa actividad en estos días por el madrugador inicio de su vendimia, de las más tempranas de Europa si no la que más.

Los hermanos García Angulo dieron el pistoletazo de salida a la vendimia 'tranquila' -los blancos y tintos de la Tierra de Cádiz forman parte de los denominados vinos tranquilos o de mesa- a principios de esta semana con la corta de la uva 'gewürztraminer', a la que sigue en estos días la 'sauvignon blanc', las dos varietales con las que se elabora el vino blanco Cortijo de Jara, la marca bajo la que comercializa sus productos Puerta Nueva, empresa agroalimentaria de marcado carácter familiar que integran los ocho hermanos García Angulo.

Cortijo de Jara también da nombre a la principal finca de este clan familiar, una vasta explotación agraria de cientos de hectáreas que se ubica a escasos kilómetros de Torremelgarejo, en pleno corazón de la zona regable del Guadalcacín. Las cepas de la vid, entre variedades tintas y blancas, apenas ocupan seis hectáreas de esta explotación, a las que se unen otras cinco hectáreas de la finca El Pino, en la carretera de Sevilla.

El viñedo se presenta al visitante como un pequeño islote dispuesto en líneos muy próximos al caserío del siglo XVIII, reconvertido en planta de vinificación, bodega y almacén de vinos. La vid convive en la explotación familiar con el trigo, el algodón, el girasol, las hortícolas ecológicas, el garbanzo -en plena temporada- y, también en los últimos años, el olivar, que se extiende ya por más de un centenar de hectáreas con absoluto predominio de la variedad arbequina.

Los hermanos García Angulo se iniciaron en el mundo del vino a principios de los años 2000, cuando a raíz de la reestructuración del sector azucarero apostaron por el cultivo de la vid como alternativa a la remolacha, que antes ocupaba la mayor parte de sus tierras. La primera cosecha que salió al mercado fue la de 2005, de 45 a 50.000 botellas del tinto coupage de las variedades tempranillo, syrah y merlot, las primeras que se plantaron en la finca, explica Rafael García Angulo, encargado de la administración de la empresa.

Sus hermanos relatan que los buenos resultados de la experiencia con los tintos animó a la familia a incorporar las variedades de uva blanca, con las que se elabora el coupage 'gewürztraminer'-'sauvignon blanc', cuyas primeras 12.000 botellas salieron a la venta el año pasado.

La vendimia en Cortijo de Jara comienza de madrugada y acaba a las primeras horas del día para evitar golpes de calor a la uva que mermen su calidad y se pierdan aromas. El fruto de la vid entra en la bodega a 12 grados de temperatura y, este año, con 12,5 grados baumé, algo por debajo del nivel alcanzado el año pasado, en el que la vendimia de esta uva de origen alemán y difícil pronunciación (léase bustráminer) comenzó ya empezado agosto.

Unos kilómetros más al norte, en Gibalbín, Barbadillo también comenzó días atrás la recolección de la variedad 'sauvignon blanc', en perfecto estado de madurez pese a lo temprano de la fecha y algo más baja de grado que en la campaña anterior. El adelanto de la madurez con una concentración de alcohol inferior es la tónica generalizada esta campaña en la uva blanca de la Tierra de Cádiz, no tanto en la 'palomino', variedad que se emplea en la elaboración de los vinos de Jerez y que está ya próxima a los 10,5 baumé que exige el reglamento del Consejo Regulador para el inicio de su recolección.

Barbadillo mantiene el uso de la 'palomino' en la elaboración del Castillo de San Diego, el vino blanco más vendido en España y cuya recolección no tardará mucho en comenzar. Pero la 'palomino' ha pasado a un segundo plano en la elaboración de los vinos blancos de la Tierra de Cádiz, en los que se observa un cambio de tendencia con la incorporación de otras variedades de menor rendimiento, pero que ofrecen mayor juego de aromas y sabores.

Junto a la 'gewürztraminer' y la 'sauvignon blanc' con las que trabajan los hermano García Angulo figura también la 'chardonnay', variedad empleada por Entrechuelos para la elaboración de sus dos monovarietales blancos -Entrechuelos y Alhocen-. En esta bodega estilo château -la bodega preside la viña en el punto más alto de la finca- asentada en Torrecera la uva 'chardonnay' ocupa nueve de las treinta hectáreas sembradas de viñedo. El enólogo de Entrechuelos, Joaquín Gómez, cree que el viernes arrancará la vendimia de esta variedad, también con una semana de antelación sobre la pasada campaña.

El adelanto responde a la pronta floración tras un invierno muy templado, ya que el déficit de precipitaciones, como el registrado esta campaña, no afecta a la Tierra de Cádiz, en los que sí está permitido el riego a diferencia del viñedo de los vinos de Jerez, explica Gómez. En Cortijo de Jara, las pluviometría este año ha estado ligeramente por debajo de la habitual en la zona, por lo que los hermanos García Angulo no han hecho uso de la manguera para garantizar una mayor calidad de la uva.

Dentro de las variedades tintas, en pleno auge en la provincia, las previsiones del sector anuncian igualmente un anticipo de la vendimia respecto a la campaña anterior, adelanto que oscila entre la semana y las dos semanas en función de la localización de las parcelas.

"La uva tinta está ya madura, pero su baumé aún no es aceptable", señala José María Mateos, director de la Estación de Viticultura, quien confirma que la vendimia de las distintas variedades llega esta campaña con cierto adelanto y, en el caso de las nuevas uvas blancas, con muy buena calidad pese a la incidencia del oidio, más extendido entre la 'palomino'.

El responsable de la estación enológica dependiente de la Junta de Andalucía admite que la elaboración de un vino blanco entraña mayor dificultad que la de los tintos y lo explica gráficamente: "en el blanco hay que buscar el equilibro entre el aroma, la acidez y el alcohol, mientras que en los tintos hay muchos más elementos para poder corregir el resultado final. El tinto es como una orquesta de veinte músicos, mientras el blanco sólo tiene tres, y su uno desafina, se nota a la primera".

Los hermanos García Angulo (Cortijo de Jara) creen que esa dificultad se subsana con el trabajo bien hecho, la trazabilidad y la sostenibilidad, axiomas que llevan a la práctica en su explotación agraria, que ha pasado de ser un extenso páramo a ejemplo de biodiversidad.

Con la vendimia de las variedades blancas prácticamente cerrada, en Cortijo de Jara y la finca El Pino se preparan ya para la cosecha de la uva tinta, que según los hermanos García Angulo, está ya a una semana vista. En el apartado de los tintos, Puerta Nueva sacará este año al mercado una novedad, un tempranillo monovarietal del año o cosechero con 14 grados, que se une así al tinto roble estándar de Cortijo de Jara, con seis meses de crianza en barrica, y a su hermano mayor, que permanece doce meses en madera.

Los primeros reconocimientos en concursos de gran prestigio logrados por estos vinos avalan la labor de los hermanos García Angulo, como la de otros muchos viticultores que afloran a la sombra de la Indicación Geográfica Protegida Tierra de Cádiz con pequeñas producciones, mimadas al detalle, que empiezan a tener salida más allá del mercado local, al que iban exclusivamente destinadas en sus primeros años.

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