Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Jerez

La ciudad tendrá un nuevo museo para la primavera

  • El palacio del Conde de los Andes se suma a la oferta turística y artística de Jerez y abrirá al público para mostrar piezas que datan desde el siglo XIII

"Puedo decir que la conducta de ustedes en el Perú como militares merece el aplauso de los mismos contrarios. Es una especie de prodigio lo que ustedes han hecho en este país. Ustedes solos han retardado la emancipación del Nuevo Mundo. Suplico a usted se sirva ofrecer mis sinceros respetos al señor General Laserna cuyas heridas, aunque dolorosas, le cubren de honor". No sólo se mereció estas letras de felicitación de manos del mismísimo Bolívar por sus gestas en el Perú, sino que además fue nombrado Conde de los Andes. José de la Serna y Martínez de Hinojosa también es digno de un palacio, en Jerez, en la calle Pozuelo. Allí, Asís Moreno Landahl, marqués de Mortara, uno de sus descendientes y propietario del edificio junto a sus hermanos Rocío y Álvaro, cuenta que el primer poseedor de la casa que aparece en los Libros de Repartimiento de la época de Alfonso X 'El Sabio', allá por 1268, es Basco Martínez de Truxillo, abuelo del primer regidor de la ciudad, de los trece que hubo. Permaneció en esa familia durante siglos, hasta que una Trujillo se casa con un Martínez de Hinojosa, y la hija de este matrimonio, Nicolasa Martínez de Hinojosa, casa con Álvaro de la Serna, padre del conde. Al virrey le sucede en el título y en la propiedad de la casa su sobrina Nicolasa, que es quien casa con Fernando Moreno, retatarabuelo de Asís. La casa entra en la familia Moreno, o viceversa, a mediados del siglo XIX.  Ahora, para evitar su venta y poder mantenerlo, sus dueños han decidido abrir el palacio al público como museo y espacio de celebraciones, la próxima primavera. 

 

Una casa con cimientos árabes en la que, durante las diferentes intervenciones, se han encontrado restos como unas vasijas de barro, que se hallaron dentro de un muro que se derribó a principios del XX, así como un alicatado nazarí del siglo XIII en muy buen estado. El hall de la casa recibe al visitante con una vidriera que luce el escudo de la familia, su autor, Maume Jean, fue el mismo que confeccionó la del hotel Palace de Madrid. Este mismo espacio lo comparten cuadros costumbristas andaluces y una obra de Valdés Leal, no demasiado bonita, pero auténtica, así como esculturas romanas del XVII. A continuación, la galería del ala principal conduce al jardín. De camino al exterior, las paredes muestran los trofeos de caza del padre de Asís, Álvaro, Conde de los Andes, así como obras de cerámica española del XVII y cuadros de batalla de Acisclo Palomino del XVII, experto en estas escenas. A esta zona se añadió otro ala en 1925 cuando vino Alfonso XIII a Jerez para la coronación de la Merced, y como el bisabuelo del propietario era uno de sus ministros, pues se recibieron a muchos de ellos en este palacio. Es una zona para el verano, la más fresca de la casa.

 

El jardín tenía antes vistas a la Catedral, hasta que se construyó una serie de viviendas junto al muro de la casa. Una bonita piscina será testigo en el futuro de sus nuevos usos para el visitante. "La casa se abriría para visitas organizadas con guía y, más adelante, arreglar el jardín para cenas y parte del interior para las fiestas", comenta Asís, que ha decidido dejar su "estresante" trabajo en Madrid para dedicarse de lleno a la casa y a esta nueva apuesta de vida. "Esta casa me produce un agujero negro en el bolsillo  que no tiene fondo. De ahí la idea de abrirla como museo para poder mantenerla. Así que, era o vender la casa, algo a lo que me niego, o sacarle un rendimiento. Sólo de IBI pagamos 9.000 euros al año y luego añádele otros impuestos, gastos, reparaciones, mantenimiento... Yo no quería quedar como el miembro que tuvo que venderla". 

 

Uno de los salones de la planta baja exhibe una "obra de arte", una escultura en una sola pieza de madera, una pelea de gallos del escultor francés Cueret. Dos tapices flamencos visten sendas paredes de esta zona. Uno representa la caída del maná y el otro, a los cuatro evangelistas. Junto a ellos, un retrato del padre de los propietarios,  uno de los últimos Conde de los Andes, "el menos político de todos. Fue liberal y antifranquista y su juventud la pasó en París. Era del círculo de Cocteau". Unas escaleras conducen a la planta superior. En mitad, una escultura de alabastro, obra de Comendador, esculpe a Teresa, la abuela, y su hermana Elisa. La luz las traspasa e ilumina sus entrañas. Ya arriba, Asís habla "del personaje histórico más importante de la casa", su antepasado, el general José de la Serna y Martínez de Hinojosa, el último virrey del Perú y de España en América. Entró en la carrera militar a los 12 años. Intervino en la guerra de Independencia, en la batalla de Bailén y el Sitio de Zaragoza, donde fue apresado por los franceses, que lo trasladaron a Francia de donde se escapó y recorrió todo Europa para regresar a España. En 1816, Fernando VII lo nombra general del Estado Mayor del Perú, cuando sólo está emancipada Argentina. En 1821 es nombrado virrey, cargo en el que estará cinco años. Lo primero que hace es abandonar la capital e irse a Cuzco con sus tropas y deja a los de San Martín ocupar Lima. Se declara el estado liberal en España, así que defiende el Perú a solas, sin ayuda de las tropas españolas que levantadas en Las Cabezas de San Juan por Riego. nunca llegaron a América. Cuando cae el trienio liberal, su ejército del sur del Perú se rebela contra él acusándolo de liberal. Consigue derrotarlo, pero cuando regresa de la batalla, Bolívar aprovecha para entrar en el Perú y se encuentra a un ejercito dividido y castigado por tantos años de luchas, y lo derrota en la batalla de Ayacucho. Don José regresa a España y le nombran Conde de los Andes. También sería brevemente gobernador de Granada y, ya viejo, se retira a Jerez. Un personaje histórico al que la casa deberá su nombre 'comercial' una vez que se abra al público, Palacio del Virrey Laserna. 

 

Piezas de arte que se han ido añadiendo a la familia, a la casa, a lo largo de los años, sobre todo, por parte del bisabuelo, un gran coleccionista de arte llamado Francisco Moreno y Zuleta, quien también tiene su retrato en uno de los salones,. "Creo que es uno de los personajes más importantes de Jerez de principios del siglo XX. Era íntimo y concuñado de Antonio Maura y entró en política pagando de su propio bolsillo la quiebra de la Caja de Jerez". Fue vicepresidente del Congreso en 1921, ministro de Economía en el 28 y de Hacienda en el 30. Muy monárquico, de hecho se marchó con Alfonso XIII al destierro, fue jefe de su Casa Real y su albacea testamentario. 

 

Salones y salones que normalmente están cerrados y se llenan de vida para ocasiones especiales familiares. Sus muros también están abrigados con obras tan variadas como la Adoración de los Reyes Magos de Pieter Claessens, Tiziano...  Se presenta entonces el tercer personaje histórico en el que Asís hace hincapié, su abuelo, Francisco Moreno y Herrera, doctor en Derecho y licenciado en Ciencias Políticas por Oxford. Fue nombrado por  don  Juan  para que tratara de que volviera la monarquía al país. Recoge entonces las firmas para el Manifiesto de los Procuradores, de 1943, en el que piden la vuelta de la monarquía. Es arrestado y desterrado a La Palma. Y justo cuando llega la democracia, a punto de ser senador real, la muerte le sorprende. 

 

Siguen contando historias una biblioteca barroca, una Virgen de Zurbarán, lámparas de araña, un San Juan Bautista, un discípulo de El Bosco... Y el comedor, que luce en casi toda su extensión una mesa para más de 30 comensales en la que se han sentado Alfonso XIII, Juan de Borbón, Alfonso de Orleans, los príncipes de Lietchtenstein, entre otros. Observan la escena un 'mono comiendo fruta' de Snayders, que formaba parte de un lienzo que estaba en el Palacio Real de Madrid, y que se salvó del incendio que sufrió dicho edificio a finales del siglo XVIII. Una obra que era enorme y de la que sólo quedó una esquina que brilla en las paredes de esta estancia. Un pintor que compartía en ocasiones trabajos con Rubens, uno pintaba los animales y el otro las figuras. Hay pruebas de ello aquí mismo en la obra 'Alarma en las cocinas'. También disfruta este comedor de 'La última cena' de Pieter Cooke van Aelst, un paisaje de Iriarte y un  niño con vistas de Madrid, de Gutiérrez de la Vega. 

 

"Por aquí ha pasado tanta gente..., sobre todo, en tiempos de mi bisabuelo. No sólo estuvo  todo el Gobierno en pleno, y por eso se construyó un ala de la casa, sino que muchos de los encuentros políticos de principios del XX se desarrollaron aquí. Algo que conocen pocos jerezanos y es que Jerez era muy importante. La lástima es ver cómo está en parte ahora su patrimonio", lamenta Asís, que hace recuento de las obras que tiene que hacer para poder abrir el palacio al público: de acceso, señalética, evacuación... "Cosas que tiene un museo que una casa normal no". También hay que repasar vigas que están en mal estado y que se encuentran por encima del artesonado, "porque para abrirla al público, tiene que estar todo perfecto". Intervenciones que están pendientes de financiación y de las que ya está al tanto el Ayuntamiento, que ya ha colaborado desde la Oficina de Turismo

La casa, con unos 3.000 metros cuadrados, cuenta además con un archivo que en estos momentos se encuentra en cajas, ya que se va a ceder al Archivo de la Nobleza en Toledo, lejos ya de las termitas que se comieron un día las historias de algunos de sus legajos. 

 

Fuera ya de palacio, la fachada fue realizada en la primera mitad del siglo XX, articulando los vanos mediante molduración  y rejería de línea historicista neobarroca. La portada es una obra barroca del siglo XVIII, procedente del palacio que fuese de don Diego de Veas, en Arcos, describe 'Jerez, artística y monumental' de los historiadores Pablo Pomar y Miguel Mariscal. "El objetivo es que la casa siga en la familia y que sea un activo turístico más para Jerez, porque pienso que la ciudad tiene mucho que ofrecer. Que los turistas no visiten sólo las bodegas, sino que recorran nuestro rico centro histórico, coman en los restaurantes, compren en las tiendas y revitalicen económicamente la ciudad. Jerez tiene un gran potencial turístico para crecer y volver a ser lo que era". 

 

Lejos ya de la tensión  de trabajar para un Ministerio, Asís se prepara para una vida singular, más tranquila. Una labor que formará parte de la historia y que quizás se merezca un día un retrato, como sus antepasados. 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios