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Jerez

Un hombre de Dios y de Einstein

  • El físico Ramón Fernández ha vuelto a Jerez tras investigar más de 30 años en la Complutense A sus 81 años va al campus de Puerto Real en bicicleta, donde estudia un nuevo doctorado

El estudio de Ramón Fernández Villegas (Jerez, 1934) en su domicilio es una oda a la figura de Albert Einstein. Es seguidor de muchos científicos, como demuestra una decoración provista de libros de todos los campos de la ciencia. Sin embargo, el físico alemán tiene lugares privilegiados en las paredes de una habitación que preside una gran pizarra verde. El jerezano terminó estudiando la misma carrera que su ídolo en la Universidad Complutense de Madrid, donde años más tarde terminó siendo profesor emérito y ayudando a cientos de doctorandos, "no querían que me fuera, pero es que como se vive aquí no se vive en ningún sitio", asegura.

Nadie, ni siquiera él, se cree los años que tiene según su DNI, ya que su energía vital dice lo contrario. Precisamente, tras volver a Jerez, "los de la UCA se enteraron y voy varias veces por semanas al campus de Puerto Real para sacarme el doctorado en Ingeniería Acústica y ayudar al departamento de Física del Estado Sólido, pero como un complemento". Así, también a semejanza de Einstein, el jerezano va en cercanías hasta la población vecina y salva el trayecto que queda en bicicleta. "Mira, si él podía -se excusa señalando una gran foto de Einstein en bicicleta a una avanzada edad-, ¿por qué yo no?". Cabe señalar que para realizar esta hazaña casi diaria, el jerezano tuvo que aprender a montar en bicicleta de nuevo dándose garbeos por el parking de su domicilio.

Sus inicios no fueron fáciles, ya que toda su familia se dedicaba al campo, "venía a Jerez a comprar los libros de matemáticas y de física y me los bebía. Recuerdo con especial cariño uno de álgebra, que básicamente me ha enseñado todo lo que sé. Cuando no me salían los problemas lloraba y no paraba hasta solucionarnos", reconoce. Nunca se le han caído los anillos por trabajar, "es lo que nos enseñaron nuestros padres. Cuando llegué a Madrid para estudiar la carrera de Física hacía trabajos de fontanería los fines de semana para poder mantenerme. Trabajaba con el plomo, eso sí que era duro".

No ha parado de estudiar ni de investigar, "¿y sabes qué? Que cada vez sé menos. Hay tantas cosas de las que me gustaría saber el porqué". Sin embargo, asegura que no le agobia el hecho de que nunca llegará a conocerlo todo, "me mantiene joven", dice con una sonrisa que no le cabe en la cara.

El físico jerezano ha dedicado buena parte de su vida a estudiar la partícula de Dios, el Boson de Peter Higgs y le indigna soberanamente "ir por la calle y que la gente no sepa de qué les estoy hablando. Este descubrimiento fue revolucionario, Peter Higgs lo descubrió con ayuda tan solo de un lápiz. Es el pegamento que une la materia, que da significado al Big Bang. Pero ojo, eso no quiere decir que sea católico. Creo en Dios y soy practicante, no es algo reñido".

Ahí no acaba la indignación de Fernández Villegas, "necesitamos investigadores españoles. Hay miles de científicos con teoremas pero ninguno de Pepe Pérez o de Manolita López. España no ha evolucionado, no ha invertido en ciencia, por eso pido a la juventud que sea perseverante, que solo así alcanzarán sus metas". "Mi trabajo es investigar y ayudar a la investigación, para eso está mi edad. Todos los científicos españoles se han ido fuera, y quiero que la gente se entere de que al menos quedo yo que puedo ayudar".

¿Qué le hubiera gustado inventar a Ramón Fernández? La añoranza cruza su rostro al hacer esta pregunta, que le devuelve a cinco años atrás, cuando se vio con posibilidad de ganar el Premio Nobel de Física con compañeros físicos y matemáticos. Fernández Villegas explica "que la investigación no fue a más porque no había subvención. El cuerpo humano es fractal, está entre sólido y amorfo, entonces pensamos que si había un tumor maligno -con la particularidad de que fuera sólido- y lo rodeábamos de neutrófilos, éste desaparecería. Partimos de la idea demostrada en Estados Unidos de que si encierras un grupo de ratas en un recinto y no les das de comer, se terminaban comiendo unas a las otras".

Pasado este mal trago, pone la mano sobre un proyecto en el que lleva trabajando un año. "Este es el futuro", señala tajante. Entre sus dedos puede leerse que se trata del estudio del grafeno, un material "que pesa muy poco. Una plancha como una mesa de grande pesará gramos, pero es 200 veces más resistente que el acero. En un año, dos o tres habrá aviones de grafeno, coches de grafeno, ordenadores e incluso móviles de grafeno. Todo está cambiando muchísimo, y yo he estudiado el grafeno a través de la Física Cuántica. Solo queda que una empresa se interese por él y ofrezca el dinero que hace falta para seguir adelante con esta investigación".

Su día a día es de vértigo, "me he acostumbrado a dormir poquísimas horas, ya que en el momento que no tengo sueño me pongo a estudiar o resolver problemas. Es lo que debería hacer cualquiera, tanta televisión y tanto fútbol embrutece". La nueva idea que ronda la cabeza de Ramón Fernández es "una cosa muy curiosa, la acústica de una flauta. Eso va a ser revolucionario. ¿Sabes por qué la lengüeta de una flauta suena? El instrumento se fabrican de padres a hijo copiando el modelo original, sin saber por qué o cómo produce el sonido. Hay una flauta rociera que tiene una lengüeta metálica y depende del momento de inercia respecto al eje de giro que suene o no. Nadie ha investigado sobre eso y estoy liado yo. Un día que vi la flauta en el Rocío y me pregunté por qué sonaba. Y ahí ando liado ahora".

Este cerebro made in Jerez ha publicado más de diez libros que se encuentran en diferentes campus de España. Entre ellos 'Mecánica racional', 'Análisis funcional', 'Ecuaciones diferenciales en derivada parcial', 'Física Cuántica', 'Electromagnetismo' o 'Termodinámica'. "Yo voy por Madrid y me ve la gente y me saluda. '¡Don Ramón, gracias a su libro aprobé una asignatura!'. Eso es una satisfacción increíble", reconoce antes de confesar "lo bien que se vive en Jerez. Aquí seguro que llego a los 100 años e investigando, por supuesto".

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