La plaza de la Fragua de la Barriada de San Telmo es desde ayer un hervidero de personas, curiosos y vecinos que se acercan a ver el resultado de un aparatoso fuego que en la noche del pasado viernes cambió la vida de todo un bloque de vecinos, aunque afortunadamente sin que haya que lamentar ninguna pérdida irreparable. Sólo cuatro personas, entre ellas un bombero, tuvieron que ser trasladadas al hospital por inhalación de humo, pero sin consecuencias, pues todas fueron dadas de altas en las horas sucesivas.

Fue a eso de las nueve y media de la noche cuando Araceli, su madre y sus dos hijos, de tres y nueve años, se encontraban en el salón de su casa. "Mi mujer estaba planchando y de pronto hubo un corto de luz, cuando se dio cuenta el sofá estaba en llamas, le siguieron las cortinas y ya no dio tiempo a hacer nada más", asegura Carlos, el propietario de la vivienda más afectada.

Al parecer, y según la versión del inquilino, dicho corto se produjo en uno de los enchufes próximos al sofá, en concreto justo detrás de éste, y en cuestión de segundos, el salón estaba en llamas. "Sólo me dio tiempo de echar un par de cubos de agua, pero aquello explotó y las llamas estaban por todo el salón", cuenta Araceli a uno de sus vecinos.

El fuego pronto se expandió hacia la ventana principal del cuarto principal y al llegar al aire acondicionado "la explosión fue enorme", comenta uno de los 18 vecinos que viven en el bloque 3 de la Plaza de la Fragua de San Telmo y que horas después del suceso todavía no terminan de digerirlo. Tanto es así que la fachada de la tercera y cuarta planta también se vieron afectadas, sobre todo la del tercero, la más cercana al origen del incendio. Además, las llamas saltaron con rapidez hasta la escalera del bloque llegando a calcinar algunas puertas, levantar todo el alicatado y provocar una humareda espectacular que fue colándose en las viviendas.

Tal fue la vehemencia con la que se propagaron las llamas que toda la casa ha quedado calcinada. "Ahora voy a entrar porque creo que dentro de un armario hay algo de mi ropa que no se ha quemado, eso y un par de zapatos, lo demás lo he perdido todo", reconocía Carlos con lágrimas en los ojos.

"Todavía no me lo creo", insistía una y otra vez el propietario cada vez que algún que otro vecino pasaba para trasladarle sus muestras de apoyo. "Llevamos 14 años viviendo aquí y hemos perdido todo, los recuerdos, los muebles, hasta las vacunas de mi hijo mayor que tiene un problema de salud y las necesita".

Fueron momentos de tensión y como contaba ayer algún vecino "yo tenía preparada la sábana para amarrarla a la pata de la cama y tirarme, si no venían". Afortunadamente, el trabajo del Cuerpo de Bomberos fue eficaz y conforme se iba sofocando el incendio iban sacando de las viviendas al resto de personas. Casi nadie pasó la noche en el bloque, de ahí que en la mañana de ayer y mientras efectivos de la Policía y bomberos terminaban de realizar su trabajo, el flujo de personas por la zona era continuo.

Ahora, y mientras se trata de volver a la normalidad, algunos vecinos ya han puesto en marcha en las redes sociales plataformas para ayudar a la familia afectada cediéndoles todo tipo de enseres.