Crema de calabacín, filete de pollo con patatas y manzana. Estos son los olores que recorrían ayer los pasillos del colegio Federico Mayo. En el comedor, decenas de menores acuden corriendo al centro sobre la una y cuarto de la tarde siguiendo el olor de la comida preparada en el centro. Son una parte de los 224 niños y niñas de Jerez, de 5 a 17 años, que se benefician este verano del servicio de comedores escolares que dio comienzo el pasado lunes.

Precisamente, el CEIP Federico Mayo tiene el comedor que acoge a más pequeños de la ciudad, un total de 140. El resto de niños y jóvenes se distribuyen en los centros San Juan de Dios (22), Andrés de Ribera (22) e Isabel la Católica (40). La empresa adjudicataria del servicio es La Cucharita Catering, que tiene a su cargo hasta 64 comedores escolares de toda la provincia, desde Villamartín hasta San Roque.

Aunque el primer día de funcionamiento de los comedores escolares fue el pasado lunes, la alcaldesa de Jerez, Mamen Sánchez, eligió el día de ayer para comprobar en primera persona el funcionamiento de este servicio para el que el Ayuntamiento ha dispuesto un presupuesto de 18.819 euros. La regidora municipal recordó, aún así, que "hemos sacado adelante una primera parte del concurso, la que nos permite poner en marcha los comedores ahora en verano, el resto de concurso será para seguir dando estas comidas en puentes o en las vacaciones de Navidad".

Sobre el 'baile' de cifras de menores beneficiarios de esta iniciativa municipal los últimos días, Sánchez confesó ayer que "esta diferencia se da porque hay padres de niños que hacen las actividades en el CEIP Juventud, que no van a ir al comedor del Federico Mayo, y personas que dicen que tienen posibilidad de dar de comer a los niños y que prefieren que se guarden esos medios para otros niños que lo necesiten, en una actitud de generosidad. Nuestro objetivo era que el comedor esté vinculado a otra actividad y que el niño lo viva con normalidad, que participe en una actividad de verano y que después se quede a comer".

Debido a la cantidad de comensales en el Federico Mayo, la organización establece dos turnos para entrar a las instalaciones, a la 13,15 y a las 13,45. El director de la empresa adjudicataria, José Benítez, explicó a este medio la forma en que se organiza y se estudia la comida que van a servir a los pequeños.

La encargada de establecer el menú es la farmacéutica y experta en nutrición y comedores colectivos que la empresa tiene contratada. "En primer lugar se tienen en cuenta los niños celíacos y con algún tipo de alergia, esa es nuestra base. A continuación, se prepara la comida para bebés menores de un año, que la trituramos. Por último, condimentamos los alimentos para mayores de tres años y jóvenes", dijo Benítez. Desde la empresa tienen especial cuidado con los pequeños que tienen algún tipo de dificultad alimentaria, bien sea por alergias o porque así lo exige su religión. El empresario aseguró que para este tipo de casos "se envasa todos los días el menú con el nombre del niño o la niña en cuestión. Es lo que más se vigila, desde luego".

A la hora de hacer el menú hay dos condiciones a tener en cuenta: el control sanitario y una base de dieta mediterránea. Por eso, el primer plato diario siempre está compuesto por comida tradicional jerezano (potaje de lentejas, garbanzos, arroz o alguna crema de verduras), un segundo basado en pescado o carne, sobre todo el pollo y la ternera; y el postre que suele ser algún tipo de fruta.

Esta iniciativa, además de cumplir el objetivo primordial de que las familias sin medios puedan alimentar a los más pequeños, ha creado hasta diez puestos de trabajo en la ciudad. Es el personal que la empresa adjudicataria ha tenido que emplear para responder a la demanda de los comedores escolares.