Programación Guía completa del Gran Premio de Motociclismo en Jerez

Jerez

Paseo efímero por Jerez

  • La Vuelta a España rodó unos cinco kilómetros que se tradujeron en poca expectación si se compara con el impacto de 2014 El dispositivo de tráfico se clausuró sin incidentes

A muchos cogió ayer con el pie cambiado el paso de la Vuelta ciclista a España por Jerez, pues la expectación era muy baja en comparación con el año pasado, cuando la ciudad se engalanó para albergar la presentación de la ronda y una contrarreloj en torno a la avenida Álvaro Domecq. Ayer muchos conductores se percataron de la llegada de los ciclistas cuando se toparon con el dispositivo de seguridad del tráfico que echó un 'candado' por alrededor de una hora a la Zona Noroeste. No se lo esperaban y se tuvieron que armar de paciencia. El paso de la Vuelta transcurrió sin incidentes desde las 14.50 y no se extendió más de 15 minutos.

Uno de los invitados más esperados faltó a su cita, pues la emisión de TVE comenzó más tarde, a eso de las cuatro de la tarde. Si bien, en todo caso el fomento del turismo habría sido más bien escaso, teniendo en cuenta la poca vistosidad del trazado. A pesar del gran esfuerzo promocional que hizo el Ayuntamiento en 2014, para esta edición sólo se obtuvo un pequeño paseo testimonial con menor impacto.

Nada más salir de Rota, la serpiente multicolor se rompió con tres escapados, el etíope Tsgabu Grmay (Lampre), el belga Keisse (Etixx) y el canadiense Duchesne (Europcar), que llegaron a Jerez con más de cinco minutos de ventaja sobre el pelotón. Pero lo de menos era la etapa. La caravana de la Vuelta (vehículos y camiones de los equipos, patrocinadores, la seguridad rodada de la Guardia Civil y demás) pasó bastante antes regalando gorras y camisetas a los aficionados más tempraneros. Y a medida que se acercaba la hora de paso, grupos de niños impacientes comenzaron a vitorear irónicos a cualquiera que circulase abriendo paso por la carretera, ya fueran vehículos sanitarios o seguridad.

Desde el día anterior en las vías por las que iba a pasar la masa ciclista se anunciaba que la grúa retiraría vehículos estacionados a las siete de la mañana, con pequeños carteles emplazados sobre árboles y señales que lo alertaban. Las calles quedaron limpias de coches sin mayores incidentes. "En ese sentido, esta vez ha sido menos traumático que el año pasado", comentaba un agente en referencia a la contrarreloj que 'rompió' la ciudad casi un día completo.

Sobre la una y media de la tarde estaban convocados los voluntarios que facilitaron el trabajo a la policía en el dispositivo de tráfico, apostados junto a las vallas colocadas en las calles colindantes al trazado con petos reflectantes. Fueron 'reclutados' hace días entre colectivos ciclistas de la ciudad.

A las 14 horas, momento de salida de puestos de trabajos y llegada a casa para almorzar, se impidió completamente la circulación. El pelotón accedió al casco urbano tres cuartos de hora más tarde por la carretera del Calvario, por Área Sur hacia el Zoobotánico, donde giró hacia la avenida San Juan Bosco, rodeó La Plata, pasó frente al colegio El Pilar y Hacienda, tomó la avenida García Lorca y buscó de nuevo la salida hacia el Norte por la Nacional IV en dirección a Trebujena desde la avenida León de Carranza y el Hospital. En total, no rodaron ni cinco kilómetros.

"¿Hay alguna forma de llegar a Santiago?", preguntó desde su asiento una conductora a un agente local a pocos minutos del paso de la comitiva. "Hasta que no pasen los ciclistas, no, échese a un lado unos minutos", contestaba diligente el policía. "Pero yo, ¿cómo voy a esperarme a esta hora?", lamentaba nerviosa la conductora mientras una fila de coches frente al Instituto Andrés Benítez empezaba a pitar, impulsados por una similar impaciencia. "Yo entiendo todo lo que me pueda decir, pero es que esto es un evento y no puedo hacer nada. Muchas gracias", replicaba paciente el miembro de seguridad, esperando con el rostro cansado reprimendas similares de ciudadanos.

A pesar de que se desconoce si el año que viene se repetirá la experiencia, lo cierto es que los jerezanos no salieron en tromba a saludar la marcha ciclista. Los puntos más concurridos fueron tres giros consecutivos, dos a los extremos de la avenida San Juan Bosco y la que rodeaba el parque de La Plata a escasos metros de la iglesia de Santa Ana y el colegio Reyes Católicos. Aparte de eso, la estampa en algunos puntos fue de desinterés.

El cuarto de hora en el que Jerez albergó la ronda española dejó algunas estampas curiosas, como la de trabajadores y contribuyentes en la escalinata de Hacienda a modo de palco sobre la plaza de Las Marinas, o la de los albañiles que trabajaban en la fachada del colegio Marianistas, que acaso disfrutaron de una de las vistas más privilegiadas.

Cuando los últimos rezagados del pelotón fueron abandonando las calles de Jerez, en algunos puntos se formaron las consabidas aglomeraciones. A pesar de que quedaron cortados los accesos al Hospital general y al Hospital San Juan Grande, no se registraron incidentes y cuando una ambulancia requirió el paso a pocos minutos del paso de la Vuelta, el dispositivo de seguridad permitió el paso sin problemas.

Tras acabar la etapa del pasado martes, con final en Vejer, varios equipos decidieron hacer noche en hoteles de Jerez, donde los ciclistas cenaron y recibieron sus pertinentes masajes rehabilitadores. Ni ellos ni el equipo técnico pudo conocer nada de la ciudad. "El ambiente está bien, es una ciudad bonita, el año pasado tuvimos una contrarreloj preciosa, pero no conozco Jerez", relata Chente García Acosta, ex ciclista y actual director deportivo del Movistar Team. A las seis y media de la mañana, a algunos profesionales se les acabó el descanso con motivo de la preceptiva visita de los inspectores antidoping.

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