Fue en las vísperas de la Navidad cuando un numerosos grupo de hermanos del Cristo de la Expiración se concentraron en el exterior del obispado para demandar del prelado respuestas a las graves acusaciones que estos hicieron y sostienen contra la actual junta de gobierno. Aquello fue una acción inaudita y surgió tras conocerse el cese como capataz del Valle de Paco Yesa, que formó parte de la candidatura contraria al actual gobierno de la cofradía. Como resultado de esa acción, una comisión fue recibida por el obispo en un encuentro, cuya respuesta ha llegado este mes desde la Delegación de Hermandades. El escrito expresa los buenos, y casi utópicos, deseos del obispo de abrir "una nueva etapa en la que reine la armonía, el respeto y la caridad entre los hermanos", algo difícil de alcanzar dada la clara división interna que existe. El documento, que en conjunto desmonta las denuncias de la oposición, manifiesta que la actual junta cuenta con un amplio respaldo de hermanos y que "en las elecciones hubo dispensa a los candidatos para eliminar los expedientes". Argumenta que las acusaciones de manipulación del censo "deben seguir los cauces legales aportando pruebas contundentes" y que la junta "tiene potestad para nombrar capataces y cuadrilleros".

Sale al paso sobre la supuesta manipulación del censo denunciada por este grupo. Así, subraya que "hubo -en 2011- una reunión con el entonces hermano mayor saliente en la que se le dijo que él era el responsable de ese censo, si existían pruebas de manipulación alguna debía abrir expediente a los hermanos implicados, cosa que declinó". Sobre otra de las graves denuncias, referida a las cuentas de la hermandad, el escrito informa que "se hizo una auditoría por un especialista del obispado, siguiendo el Derecho Canónico, y no se encontró ninguna irregularidad reseñable". "Hay que dejar claro que ni el cabildo ni la comisión formada por tres hermanos señalaron en ningún momento alguna falta de dinero", subraya. En el escrito se insta a los hermanos a colaborar con la junta de gobierno "como una obligación", e invoca a que "en el Año de la Misericordia nos tiene que llevar al perdón, la caridad y a la fraternidad y no a peleas y a enfrentamientos".

Esta respuesta no ha satisfecho a la oposición que lejos de conformarse, rechaza los argumentos expuestos y consideran que el obispado sigue sin entrar a fondo en los hechos denunciados, los cuales siguen sosteniendo como verdaderos. De hecho, se ha impugnado un importante cabildo convocado para el lunes sobre las nuevas obras en la ermita y la aprobación de un préstamo para pagarlas. La causa, el día de la convocatoria impide la máxima asistencia de hermanos.