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Jerez

Diez horas en la plaza para coger un número y poder renovar el DNI

  • Personas hacen noche en el Arroyo para conseguir uno de los veinte turnos que reparte la Policía aparte de la cita previa

Nunca renovar un DNI resultó tan difícil. Debido a las carencias  de plantilla y a las vacaciones de parte de los policías de la comisaría de la ciudad, el tiempo de espera para renovar el documento nacional de identidad se ha disparado no solo en la ciudad, sino en toda la provincia. 

 

Debido a que la demanda existente de este servicio supera por mucho la capacidad de trabajo de la comisaría jerezana, las esperas para renovar el DNI se extienden hasta octubre, no solo en Jerez, sino también en todas las comisarías de la provincia, excepto La Línea y Algeciras, donde se pueden conseguir citas a finales de septiembre. 

 

El colapso en la comisaría de Jerez con respecto a este tema es palpable, lo que está afectando a muchos ciudadanos que desean renovar su documentación para realizar gestiones o para poder salir de vacaciones en esta temporada estival. 

 

La comisaría de Jerez, en deferencia con estos casos excepcionales, reparte veinte números diarios para renovaciones en el día, en los huecos que quedan libres por las citas preconcertadas por internet, lo que crea situaciones completamente dantescas  entre los interesados a la hora de conseguir uno de ellos.

 

De lunes a viernes, las colas nocturnas a las puertas de la comisaría son una constante que se alarga hasta las 8:00, cuando la Policía procede a repartir dichos números entre las veinte primeras personas que hayan llegado al lugar, teniendo que organizarse por sus propios medios para evitar malentendidos y confusiones. 

 

La necesidad de conseguir un número para renovar la documentación es tal, que es normal que a las 5:00, tres horas antes del reparto de estos turnos, ya haya más de las veinte personas requeridas esperando a  las puertas del edificio de la plaza del Arroyo. 

 

En una de esas noches de espera, unas quince personas se juntaban en la plaza del Arroyo a las siete de la mañana, cada uno con un propósito diferente por el que estar allí. "Yo, sin DNI, no puedo cobrar mi trabajo", explica una mujer, mientras que una pareja de jóvenes explica que han decidido viajar de improviso y se han encontrado con  que sus carnets estaban caducados. Su caso es de doble complicación, pues también esperan a que abra la tienda de fotografía de la zona, puesto que la necesitan para tramitar su nuevo carnet. 

 

Especialmente destacable es el caso de uno de los hombres allí presentes, que no puede entrar a su trabajo porque no dispone de documentación en regla: "Trabajo en la base de Rota, y  no puedo entrar sin el DNI. Me avisó un guardia de que me iba a caducar próximamente, y menos mal que lo hizo, si no no podría trabajar", explica. 

 

De entre los presentes, el primero en la lista es un hombre que llegó a las diez de la noche del día anterior. El último afortunado cuenta que llegó a las cinco de la mañana para quedarse con el último turno disponible. 

 

Sentados en sillas de playa o repartidos por los bancos de la plaza, todos los allí presentes han pasado una noche dura a la intemperie esperando que la Policía reparta los 20 turnos extraordinarios para renovaciones que tiene estimados debido a la saturación de las citas previas. La espera es tal que no quieren saber ni lo que queda. "No nos digas la hora, solo queremos que llegue el policía y nos diga que entremos", dice una mujer de las allí presentes. 

 

Pese a lo dantesco de la situación, los reunidos enfrente de la comisaría destacan que pese a todo, "hemos echado una noche divertida". A grandes males, grandes remedios. 

 

Pedro Montero ya pasó la experiencia este verano junto a su hermana para renovar sus respectivos documentos de identidad. "Ya había ido otra vez alrededor de las seis, y me quedé fuera de la lista", explica. A la segunda fue la vencida. "Llegamos un poco antes de la 1:00, y fuimos los primeros. Cogí un papel y fuimos apuntándonos a medida que íbamos llegando", explica. 

 

Así, las distintas personas llegaron hasta que más de tres horas antes del reparto, llegó el vigésimo. "Llegaba gente sin parar, y a las 4:55 lo hizo el último. A partir de ahí, empezó a venir mucha más gente, pero le tuvimos que decir que ya no había más números", explica.  

 

Así, los afortunados que llegaron pronto tuvieron que pasar la noche como pudieron esperando a que llegara la hora de recoger su número: "Algunos durmieron en el coche delante de la comisaría, pero esos eran los menos. La mayoría nos quedamos despiertos en los bancos de la plaza".

 

"La administración nos obliga a tener la documentación en regla, y por lo tanto debería darnos facilidades para conseguirla", asevera Montero, aunque agradece el gesto de la Policía de guardar 20 números diarios para los ciudadanos que no tengan cita previa. "El que tiene que trabajar al día siguiente o tiene una familia no puede asumir pasar una noche a la intemperie o sin dormir", añade.  

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