Una treintena de personas lleva trabajando desde el lunes en el estadio municipal de Chapín para que este viernes comience a sonar la música. Salvo algunas contrataciones extraordinarias con proveedores de la zona, la mayoría de los trabajadores son los habituales de Alejandro Sanz. En realidad, sólo una parte de las cuadrillas ‘oficiales’, porque esta semana otras decenas de empleados del cantante han montado los escenarios de Málaga y Huelva. Una vez que se apaguen los focos esta noche en la capital onubense, comenzarán a desfilar alrededor de 70 personas en dirección a Jerez, donde desde las siete de la mañana del viernes se instalará el enorme sistema de luces y sonido. Llegarán también la comitiva y el resto de artistas que acompañan a la estrella. Ayer se terminó de colocar la cubierta de un escenario formado por millares de barras de hierro y ubicado en mitad del césped.

Poco después de las cinco de la tarde del mismo día del concierto, los técnicos del espectáculo comenzarán a hacer ruido, las primeras pruebas antes del ensayo oficial, cuando Alejandro Sanz toque sus primeros acordes en el estadio. Para este pase previo, un grupo de fans tendrá el honor de rodear de apoyo a su ídolo. Alrededor de las siete, en el mismo Chapín, Sanz será nombrado ‘Embajador de la provincia de Cádiz’, un reconocimiento para el cual no se ha acreditado a medios de comunicación. A esas horas, será uno de los hombres más protegidos de la ciudad, alejado del foco de las cámaras y de la presión de las 17.000 almas que presenciarán el espectáculo si se cuelga, como está previsto, el cartel de no hay billetes. 

Para hacerse una idea, en el Martín Carpena de Málaga entraron el martes 5.000 personas. Ayer quedaban a la venta unas 3.000 localidades, que la organización tiene por seguro que venderá hasta alcanzar las 17.000 del aforo. Como poco, quien acceda a Chapín el viernes por la tarde habrá pagado 45 euros. Aún quedan localidades para zonas nobles, en la grada del fondo norte, un asiento privilegiado por la comodidad y la acústica, además de otras ubicaciones ‘VIP’, que disparan su precio por encima de los 200 euros.