Como el viento de levante, que altera lo cotidiano haciéndolo por momentos más inestable, la vida juega con nosotros como la brisa mueve la arena, nos cambia de sitio. Y así, de un lado a otro, se deslizan, vuelan como las hojas los personajes de la nueva obra de Luisa Fernanda Cuéllar, que traslada al lector a México en 'El viento en la arena' (Libros Canto y Cuento), en el que retrata la historia de una familia con todas sus inquietudes, deseos, errores, aciertos..., cuya protagonista es Federica. Una mujer con un fuerte carácter, avanzada a su tiempo, que lleva de su mano una serie de personajes variopintos que van tejiendo lo que durante un periodo de tiempo (1945-2010) es la realidad política, social, cultural del país. "No me he propuesto transmitir nada en concreto, simplemente es un reflejo de los diferentes tipos de vida que se pueden tener y de cómo a veces los planes de futuro no se cumplen. Somos un poco marionetas, no sé si del destino o de nosotros mismos", apunta la autora. "Creo que -añade- la sabiduría de la vida es aceptar las cosas tal como vienen y ser ante ello lo más coherente posible. Para ello se necesita una gran madurez emocional, la que van dando los años, conocer diferentes realidades, también para la escritura".

La escritora mejicana afincada en Jerez presentará la obra el próximo viernes, 30 de septiembre, a las 20 horas, en la Fundación Caballero Bonald, que será apadrinada por el poeta Pedro Sevilla. El violinista Enrique Orellana López pondrá la banda sonora a la cita. Un libro en el que Cuéllar vuelca una pequeña parcela de su experiencia personal, "porque no se puede hablar con autoridad de cosas y realidades que no conozco, y aunque se cree una fantasía, al final, lo visto y vivido es una 'carga' que se trae y que en algún momento sale, y muchas veces sin intención". En una exquisita edición, este nuevo título de la mejicana "me ha complacido, me ha gustado lo que ha quedado. Una idea que me eligió a mí, porque tenía otra, pero esta historia fue la que surgió primero. Esa que aún está pendiente, llegará".

Colaboradora también de este Diario, reconoce que escribir artículos "difiere mucho de escribir un libro, aquí los personajes van solos y mueven todos los hilos. En un artículo das sólo tu opinión".

Circunstancias de vida, aspiraciones, las limitaciones humanas, el ideal equivocado, "el viento es un poco todas estas cosas. Y cada lector es un mundo. No sé qué van a encontrar en mi libro, que deja de ser mío cuando lo publico. Cada lector hallará algo diferente, se moverá al son del viento que sople". Instalada en la prosa, Cuéllar incursionó en la poesía muy joven, "pero al fin y al cabo todos hacemos poesía, aunque nuestro talento se manifiesta mejor de una manera determinada. En la prosa expreso mejor lo que siento, no tengo límites".