Desde la ciudad olvidada

José Manuel Moreno Arana

Obras para el 2014

AHORA que es época de buenos deseos y de plantear propósitos para el año próximo, el Ayuntamiento anuncia un plan de actuaciones en el centro histórico. Nos dicen que se espera invertir un total de cuatro millones de euros en un presupuesto que afectará a cuatro obras. La primera de ellas, la del Tabanco del Duque, de cuya controvertida intervención, ya comenzada, hablamos la semana pasada. Las otras tres responden a viejas reivindicaciones a las que ahora parece que por fin se da respuesta tras muchos años de indolencia. Estos tres puntos negros del casco antiguo, que deberían avergonzar a toda ciudad de una mínima cultura, son el entorno de la iglesia de San Juan de los Caballeros y los palacios de Riquelme, en la Plaza del Mercado, y de Villapanés, en la calle Empedrada. Tres monumentos de primer orden dentro del patrimonio local a los que Jerez no ha hecho justicia en las últimas décadas, incluidos los más recientes tiempos del despilfarro. Y no nos estamos refiriendo a actuaciones que el Ayuntamiento no ha estado obligado a hacer. Se trata de arreglar una calle, la de las Siete Revueltas, tercermundista, en parte cerrada, en parte convertida en basurero y aparcamiento improvisado. Se trata también de no dejar caer dos palacios de propiedad municipal, que además poseen un importante valor histórico-artístico. La noticia es, por tanto, positiva. Llega nuevamente muy tarde pero, al menos, a tiempo para salvar lo que aún queda en pie. No obstante, para que esta inversión sirva para algo es necesario que tras la consolidación de estos dos edificios no se demore su restauración. Una rehabilitación que debe partir de un proyecto claro, de un estudio concienzudo sobre el uso más adecuado que podemos dar a ambas casas. De otra manera, sólo estaremos alargando su agonía.

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