Zarpazo en el Puntas Vela. El Xerez cierra el año como un tiro. Logró un valioso punto en su visita a la Roteña, líder de la categoría, y encadenó su sexta jornada consecutiva sin perder. Esa igualada le permite mantenerse en la zona noble y esperar el derbi ante el Jerez Industrial el próximo 11 de enero con la moral por las nubes.

Los azulinos tocaron fondo el pasado 9 de noviembre con su derrota ante el Bazán por 3-1 después de comenzar ganando. Mendoza decidió entonces dar un golpe encima de la mesa y variar tanto la forma de juego como las piezas importantes de su bloque. Empezó a tirar de futbolistas del filial y todos se pusieron las pilas, tanto que en las últimas seis jornadas el equipo ha sumado catorce puntos de dieciocho posibles, con cuatro triunfos (Algaida, San Roque de Lepe B, Mazagón y Chiclana Industrial) y dos igualadas (Balón y Roteña)... El fútbol, que es imprevisible.

Desde aquella dolorosa derrota, este Xerez es otro. Compite mejor y ha aprendido la lección. Tiene las ideas tremendamente claras y sabe que cuando no se puede ganar, hay que empatar.

Frente al líder, el Deportivo demostró oficio, seguridad atrás y nunca renunció al triunfo pero le resultó imposible. Tan aplicado estuvo en labores defensivas, que le faltó más presencia arriba. Además, las importantes bajas condicionaron el once inicial azulino que, especialmente sin Caro en la medular y sin Paquito en ataque -era un partido para él-, tuvieron problemas para hacer daño a un defensa rojilla también segura y contundente, en la que Felipe marca la pauta.

Con niebla y frío, el Xerez entró al partido con menos fuerza que una Roteña que pretendía abrir a lata lo antes posible y lo intentaba con criterio, tocando el balón y llegando a las inmediaciones del área azulina con cierta facilidad, aunque siempre o le faltaba el último pase o se topaba con un Miguel muy seguro y atento, que a los siete minutos ya tuvo que demostrar sus cualidades. Se vio obligado a salir del área antes de que Álex Expósito controlase un buen balón de Abel Calatayud.

Al cuarto de hora, nuevamente acariciaron el gol los de Zafra. Una escapada de Yoni por la banda no lo remató Jairo de milagro solo ya en el área y un minuto después, Calle perdonó la que terminaría siendo la mejor oportunidad del cuadro local en la boca de gol. Álex Expósito se sacó un gran centro a la olla que el centrocampista remató de cabeza por encima del larguero.

Con el miedo metido en el cuerpo, a los xerecistas les costaba llegar. Antonio Blanco era el dueño de la parcela ancha pero Daza, ayer de enganche, no estaba inspirado y Juanma Longa era un islote arriba. Aún así, los jerezanos reclamaron con insistencia al árbitro penalti por una doble mano en el área que ni el sevillano ni sus asistentes vieron.

De Daza fue la única aproximación al área rojilla de los de Mendoza antes del descanso. El medio lanzó una falta con calidad pero no creó demasiados apuros a una defensa local.

Los problemas para los azulinos se agudizaron cuando perdieron a los cuarenta minutos a Fran Vargas, que tuvo que dejar su puesto a Rafa. Poco después, el colegiado sevillano González Páez mandó a ambos conjuntos al vestuario. Un receso que el Deportivo necesitaba mucho más que su rival tal y como se desarrollaron los minutos finales del primer periodo.

El parón vino bien a unos azulinos que ya sabían que el líder, aunque les había dado algunos problemas, no estaba tan acertado como en otros encuentros y que era vulnerable.

Se aplicaron más en labores de creación al despertar Daza de su letargo y participar algo más en el juego y comenzaron a aprovechar las bandas, bandas que en casi todos los partidos dan bastante frutos a los xerecistas. Aún así, ese esfuerzo no les llegaba para poner en apuros a un Camacho que no tuvo que emplearse a fondo casi nunca.

Mientras, a Roteña seguía a lo suyo, aunque dio un pequeño paso atrás para buscar la meta azulina a base de contras, con balones largos o en alguna jugada de estrategia.

Y a balón parado llegó la primera oportunidad local. El central exazulino Kevin, que disputaba su segundo encuentro como titular, remató de cabeza a las manos de Miguel (53') y a renglón seguido, nuevamente el portero cordobés se empleó a fondo para despejar un balón de Álex Expósito.

Jesús Mendoza movió banquillo y volvió a apostar por el rápido y hábil atacante Casares en banda en lugar de Alberto Gil. El joven xerecista se ofrecía una y otra vez pero ni le llegaron balones claros ni los que le llegaron los pudo aprovechar como el pasado domingo ante el Chiclana Industrial en el campo de La Juventud.

A medida que iban pasando los minutos, los equipos iban quemando naves pero estaba claro que el protagonismo se lo iban a llevar las defensas.

La zaga azulina no presentaba fisuras y la rojilla también solventaba con seguridad las acometidas de un Deportivo con poca claridad arriba. Todos los centros morían casi al borde del área de los locales.

Álex Expósito, a la hora de juego, obligó otra vez a demostrar a Miguel su nivel. Se sacó un gran trallazo desde fuera del área al que el meta azulino respondió con otro paradón. Y también del ariete rojillo fue una de las mejores opciones de los de Zafra a los 68 minutos. Poley botó una falta desde el vértice del área, el balón pegó en la defensa azulina, el rechace le cayó a Expósito y su lanzamiento rozó el poste de la meta defendida por Miguel.

El preparador rojillo sólo hizo dos cambios y el segundo que realizó estuvo a punto de darle la recompensa esperada. Mendoza ocupó el puesto de Calle a los 71 minutos y poco después acarició el tanto, pero eligió la peor opción para resolver la jugada. Recortó en lugar de lanzar de primera y la zaga xerecista se le echó encima.

La última acción de peligro del partido llegó en el minuto 84, cuando el colegiado pitó un libre indirecto al borde del área por juego peligroso de Israel. Expósito tocó en corto para Poley y el punta le pegó flojo al balón y terminó sin problemas en las manos de Miguel. A partir de ahí, sólo hubo tiempo para que reapareciera Quirós tras su lesión. Buen punto en un campo en el que aún no ha ganado nadie.