El andaluz Marcos Ramírez llega al Gran Premio de Aragón con un bagaje muy positivo de su primera temporada completa en el Mundial de Motociclismo. Está evidenciando una gran regularidad en la pequeña categoría de Moto3, por lo que marcha octavo de su cilindrada, optando a terminar el Campeonato entre los cinco primeros y, si supera los dos puntos de diferencia con el italiano Andrea Migno, será el mejor representante de la marca KTM en la categoría.

A falta de cinco carreras para el final del Campeonato, el piloto conileño hace balance: "Tras el podio de Alemania conseguí un séptimo puesto en la República Checa, que no estuvo nada mal. De hecho, fue casi como lograr un nuevo podio, porque las carreras en mojado, de momento, no son mi fuerte. En el resto de grandes premios siempre hemos estado delante. Por ejemplo, en la última prueba de Misano destaqué entre los más rápidos en seco. Es una lástima que en estas tres últimas carreras nos ha faltado rematar de cara a la posición de parrilla, pues me he visto obligado a remontar saliendo desde muy atrás. De todos modos, me veo muy fuerte de cara a las cinco carreras que restan para el final del Mundial. A principios de temporada nuestro reto era acabar entre los diez primeros, ahora estoy octavo a 21 puntos del quinto clasificado, pero nada es imposible. Intentaremos escalar al top cinco que para mí sería terminar el año por todo lo alto".

Las buenas actuaciones que está protagonizando el gaditano Ramírez no pasan desapercibidas y así lo confirma el hecho de que se especule con que el próximo año milite en el equipo Leopard Honda que, con toda seguridad va a lograr el título de Moto3 con Joan Mir. Eso sí, el piloto de Conil prefiere la cautela y no comenta nada al respecto, tal vez por prudencia y respeto a su actual equipo: "No puedo asegurar nada. De momento, no sé con qué equipo y moto correré el año que viene". En cualquier caso, su paso a este competitivo equipo es casi un grito a voces. Tiempo al tiempo…