Feria de Jerez

Las bodegas venderán más de 16.000 cajas de vino en la Feria

  • 'Tío Pepe', de González Byass, lidera el ranking con 10.000, seguido de 'Tío Mateo', con 4.000, para cerrar con 'La Ina'

La Feria del Caballo servirá para que las bodegas jerezanas vendan unas 16.000 cajas de vino, según las primeras estimaciones. La celebración tendrá un año más a González Byass como líder. No en vano, fuentes del departamento comercial de la bodega de la Alameda Vieja destacaron ayer a este medio que "el 73% de las casetas tendrán 'Tío Pepe' en sus cartas".

Las previsiones de González Byass pasan por vender unas 10.000 cajas de 24 medias botellas de fino (9 litros) durante la fiesta del parque González Hontoria. La segunda gran marca de la Feria del Caballo será 'Tío Mateo', el vino fino de las Bodegas Real Tesoro que dirigen los hijos del recordado hombre de negocios José Esteve. Según sus previsiones, se venderán unas 4.000 cajas de 24 medias botellas. Cabe destacar que los productos de Real Tesoro estarán presentes en una de cada tres casetas del recinto ferial, en el 30% para ser más exactos (63 entoldados en total).

En tercer lugar estará el fino 'La Ina', un clásico en las barras jerezanas, actualmente en manos de Bodegas Lustau, así como el fino 'Inocente' (también de Real Tesoro), que con 600 cajas también tendrá presencia en el Real. El resto quedará en manos de otros finos, otros vinos de Jerez y alguna que otra manzanilla.

En el seno de González Byass se apunta que las previsiones para la próxima edición de la Feria "son más o menos las mismas del año pasado". En la bodega del 'Tío Pepe', señaló a este medio su jefe de relaciones con los medios, José Argudo, "tan sólo pensamos en anteponer la calidad de nuestro producto a la cantidad". Pese a todo, confían en que, vista la evolución de otras ferias andaluzas, "la próxima edición pueda llegar a destacar por tener más alegría que la del año pasado".

Aquella vieja teoría en la que los jerezanos hacían referencia a la climatología como factor clave para el mayor o menor consumo de vino ya se ha venido abajo. Se decía que a la hora de que el consumo se mantuviera en sus parámetros o, por el contrario, experimentara un incremento el mal tiempo jugaba un papel decisivo. A más calor, más cerveza y menos vino, así se decía. Pero eso cambió. Desde la invención del rebujito el consumo ha calado en los sectores más jóvenes de la sociedad y ha demostrado que sea cual sea la meteorología el vino se sigue consumiendo.

La frontera del consumo se encuentra desde hace años en las 400.000 medias botellas o, lo que es lo mismo, en los 150.000 litros de vino fino.

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