Feria de Jerez

El caballo, una pasión

  • Para competir hay que ir preparado y con espíritu deportivo

EN mis cuadras hay hoy revuelo de bruzas y rasquetas. Se están limpiando una vez más -van varias - las cabezadas de presentación añejas de muchos concursos. Mozos de cuadra se afanan en levantar camas, el presentador da lo últimos toques a los caballos para que embellecidos, alarguen el cuello y remetan los posteriores; los arcones con pienso, medicinas, artículos de belleza y heno se alinean al pie del camión que va a salir para el Morfológico de Jerez en la Feria del Caballo Equisur 2016. Tomás da las órdenes y supervisa inflexible, minuciosamente. Todo el trabajo acumulado, esfuerzos de años, de ilusiones infinitas se agolpan en el pecho y hacen latir mas fuerte el corazón. Huele a primavera en flor, la primavera andaluza que Cervantes elogió como 'elíseos prados jerezanos'.

En Jerez se renueva la semana grande del caballo, este hermoso y bello animal, prodigio de la naturaleza y del esfuerzo de los humanos que en Jerez de la Frontera hunde sus raíces en la baja edad media, cuando la Reina Católica Isabel pide al Corregidor Jerezano el hermoso caballo rucio de Riquel. En aquellas manadas de yeguas panzonas, orondas, de capa torda atruchada que pastaban en las márgenes del río Guadalete vigiladas por los albos frailes de San Bruno, con sus esquilas al cuello compitiendo con el hermoso tañar de la campana de la espadaña de iglesia cartujana, donde se da culto a Santísima Virgen y Cristo de la Defensión en el antiguo paraje del Sotillo.

Mi paso por la vida dobló hace tiempo el ecuador y avanza inexorable hacia madurez final; pero mi cerebro y mi experiencia acumulan recuerdos imborrables. Aún permanezco activo mientras Dios me de fuerza y salud. Fui presidente de la Cámara Agraria Local y desde esa responsabilidad organicé muchos años el Concurso Morfológico en las anteriores instalaciones ganaderas que hubo donde hoy se ubica Equisur y la 'calle del infierno'. Luego, más adelante, participé y sigo participando como Ganadero Expositor y desde mis responsabilidades de vicepresidente de la Unión de Ganaderos de Caballos Hispanoárabes, juez titulado, etc.

No tengo nada más que palabras de elogio para todos los que hacen posible este magno evento ganadero. Desde el presidente con las más altas responsabilidades, los ediles municipales, hasta la más humilde persona que barre y limpia para que el recinto esté pulcro y aseado.

Cuando se asiste a un concurso -igual que el que practica un deporte de competición- hay que ir mentalizado en cumplir las reglas. Siempre presuponer limpieza de conducta y buena fe en los jueces que ponen lo mejor de ellos para emitir el mejor y más leal veredicto. Criticar y tratar de caminar por vericuetos torticeros porque no has triunfado, es de espíritus ruines y mezquinos. Todos queremos ganar, ponemos nuestro esfuerzo, tiempo y dinero para conseguirlo, pero el primero sólo puede ser uno. Y casi siempre sucede que es el mejor. ¿Opinable? Por supuesto. ¿Mejorable? Seguro que sí. Pero el que honestamente y honradamente piense que existe algo que bajo criterio se puede mejorar, lo que tiene que hacer es personarse en los foros pertinentes y proponer sus ideas, pero no criticar y hacer daño incluso poniendo en tela de juicio la honradez y la capacidad de los jueces y organizadores. A esos organizadores y jueces -como el valor en el Ejército- se les supone honradez, moral y conocimientos. Es mi opinión.

He sido varios años juez y presidente del más alto jurado cual es el que elige al caballo 'Campeón de campeones' y puedo aseverar sin temor ninguno a equivocarme que siempre hemos actuado los jueces con el mayor rigor y honestidad. Y no es fácil juzgar varios caballos de distintas razas en un mismo lugar. Yo siempre he actuado presidido por el criterio de cuál era el mejor ejemplar dentro de su raza, el que era superior individualmente a los de otras razas. Igual me consta que han actuado mis compañeros de juicio y pista. Sin ningún género de dudas. Lo afirmo rotundamente.

Para competir, en lo que sea, repito, hay que ir preparado y con espíritu deportivo, dispuesto a cumplir las reglas, acatar el veredicto del juez y aceptarlo con deportividad. No puedo admitir que el vil metal corrompa las conciencias y por ende incline el fiel de la balanza hacia el donante pervertidor. Así no vamos a ninguna parte. El que piense así es porque quizás su moral transite por esa vereda, y mejor entonces que no participe.

La fortuna es veleidosa, la sociedad está en continuo cambio, y las aficiones y prioridades igual. No me entristece recordar a renombrados ganaderos -jerezanos o de otros lugares- que tuvieron su momento, disfrutaron haciéndolo y luego por razones diversas su aura declinó. Aparecieron nuevos aficionados, ganaderos que edificaron sus ejemplares sobre cimientos antiguos mejorándolos; no es cierto que cualquier tiempo pasado fue mejor. Todo evoluciona en positivo, los conocimientos sobre genética, gestación y reproducción han evolucionado notablemente. Los récords deportivos -en humanos y animales- se superan constantemente. Y permita Dios que continúe así.

Traigo hoy muy ilusionado tres caballos hispanoárabes al Morfológico, henchidos de ilusión el que suscribe y su hijo Tomás, que me supera en pasión ecuestre, exponiendo lo mejor de su saber y su laboriosidad mis empleados. La moneda está en el aire. Por supuesto que querríamos ganar todos los premios, pero si no lo logramos investigaremos qué hemos de hacer para mejorar y algún día, quizás lo logremos. El tiempo lo ha de demostrar y dará su veredicto. La verdad siempre resplandece.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios