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'Jondo'y jota, reencuentro de raíces

  • El Festival alberga esta noche el estreno absoluto de 'Flamenco se escribe con jota', montaje en el que Miguel Ángel Berna, Úrsula López y Rafael Campallo mezclan flamenco y folclore en un diálogo natural

El flamenco volverá a reencontrarse con la jota gracias al bailador Miguel Ángel Berna, la bailarina Úrsula López y el bailaor Rafael Campallo que estrenan esta noche en Villamarta una singular experiencia que lleva por título Flamenco se escribe con jota. Este diálogo desde las raíces entre el 'arte jondo' con el folclore aragonés, remembranzas que se remontan unos 200 años atrás cuando Cádiz y Zaragoza pertenecían al territorio de Al-Andalus, parte de los parentescos evidentes entre esta música universal y el folclore, nexos de unión que tienen su paradigma en las alegrías.

Pese a todo, como explicó ayer Berna en rueda de prensa, "mientras el flamenco ha ido evolucionando, el folclore, la jota, se ha quedado atrapado en el tiempo, en un museo, sin salida". Por ello, reclamó, "si hace dos siglos la jota aportó algo al flamenco, ahora se trata de que éste nos eche una mano para que las cosas de la tierra, de raíz, se conserven y evolucionen". "Porque el folclore está vivo y no es sinónimo de pasado; el folclorismo es otra cosa y en el espectáculo, sin ir más lejos, el concepto de jota no se identifica con el tópico, es una jota transmutada", apostilló el zaragozano, que ya presentó en la pasada edición del Festival el montaje Rasmia, donde hablaba precisamente de derribar los tópicos y estereotipos que acechan al folk ibérico.

Sus acompañantes sobre el escenario, el sevillano Campallo y la cordobesa López destacaron lo positivo de la aventura coreográfica, resaltando, en palabras de la bailarina, que el encuentro "ha ido rápido, produciéndose un nexo de unión entre las dos danzas de tierra". "Se trata de ensalzar cada uno su personalidad, somos lo que somos, venimos de la raíz y es importante conocer la base", apuntó Campallo, a propósito de una obra que cuenta con música de la compañía del propio Berna y con composiciones del guitarrista Jesús Torres y Javier Patino, que comparten escenario. Ante un telón cedido por la Fundación Antonio Saura que aporta un "punto escénico de modernidad", el trío cierra por unas alegrías en homenaje a Mario Maya y baila martinetes bajo las voces de Juan José Amador y Miguel Rosendo. En la vertiente folk, acuden a escena la jotera Lorena Palacios y la bandurria de Alberto Artigas, entre otros artistas invitados. Combinaciones de disciplinas diferentes y manifestaciones ligadas pero personales para un espectáculo, advirtió Berna, en el que "no hacemos fusión".

El otro estreno de la jornada llega de la mano de Pastora Galván que, a diferencia de hace dos años cuando revolucionó la muestra con La francesa, presenta esta vez un montaje intimista, de corte tradicional, en el que no obstante mostrará su especial forma de entender el baile flamenco. Pastora es el nombre de una producción con la que la sevillana indaga en el flamenco "añejo, sin guión pero todo enlazado para que no se pierda el hilo de unas coreografías que van de la taranta a la alboreá". En escena le acompañarán La Tobala y David Lagos, el toque de Ramón Amador y el compás de Bobote.

Por último, 'Los conciertos de Palacio' regresan por la tarde a Villavicencio con un doble recital de cante y toque femenino. Por un lado, la voz joven y jerezana de Marga de Jerez; por otro, el toque académico de la guitarrista cordobesa Laura González, otro exponente de la presencia de la mujer al mando de las seis cuerdas.

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