Jerez no es ajeno al problema de envejecimiento progresivo de la población que sufre el país. En 1996, en la ciudad había empadronadas 21.927 mayores de 65 años; en 2017, mientras tanto, se superaron los 32.000, un crecimiento del 48%. Estos datos corresponden al padrón municipal definitivo correspondiente a 2017 que publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado jueves -este organismo ya hizo un avance a finales del pasado año donde informó de un leve incremento de la población situando a la ciudad en los 212.915 habitantes-.

En estas dos décadas se ha comprobado como ha crecido notablemente la esperanza de vida de los jerezanos. La muestra más palpable es que en 1996 1.863 tenían más de 85 años; en 2017, en cambio, la cifra ya está en 3.724. Siguiendo con esta estadística, son 35 los jerezanos que en 2017 tenían más de 100 años, de los que 30 son mujeres. De hecho, el sexo femenino sigue teniendo una mayor esperanza de vida que los hombres (18.794 jerezanas tienen más de 65 años frente a los 13.770 jerezanos).

Hay empadronados 35 jerezanos con más de 100 años de edad; 30 son mujeresUn 76% de los censados nacieron en Jerez y un 9% en otro municipio de la provincia

Pero, a este progresivo incremento de la esperanza de vida hay que unirle la disminución del número de nacimientos, especialmente a finales de la década de los noventa y principios de este siglo. No en vano, las consecuencias del 'baby boom' de los años sesenta y setenta del pasado siglo están viéndose en la pirámide poblacional de la ciudad ya que se está produciendo un importante desajuste con una base (donde se sitúan las edades más tempranas) más pequeña que su parte central (en ella están los tramos de edad comprendidos entre los 30 y 50 años). Eso sí, esto no es un problema endémico único de Jerez sino que, como es bien conocido, es a escala nacional y que, entre otras graves consecuencias, puede acabar con la sostenibilidad del sistema público de pensiones -aunque a ello hay que unirle, claro está, la situación del mercado laboral con un número de cotizantes y un nivel de cotización inferiores al de décadas precedentes-.

Un ejemplo; en 1996 los grupos de edades más numerosos en la ciudad eran los de jerezanos con edades comprendidas entre los 20 y los 29 años, un intervalo en el que estaban enmarcados 32.954 jerezanos. Veinte años después, sin embargo, hay empadronados 22.899 en este mismo grupo. Muestra de ese envejecimiento es que esos jerezanos que tienen entre 40 y 49 años siguen siendo los más numerosos en el último padrón.

Un elemento más de ese envejecimiento poblacional es la reducción de la población infantil (entre cero y nueve años). Aunque sí es cierto que hay una mejoría respecto a 1996, (23.384 frente a 20.046), la ciudad aún está lejos de alcanzar los 28.000 empadronados en este grupo de edad que se alcanzaron en 2010. Sin duda, la crisis económica influyó notablemente en la natalidad por lo que aún se está lejos de que la pirámide poblacional pueda aspirar a unos parámetros de relativa sostenibilidad, con una base superior tanto a su parte central como a la cúspide. No solo tiene que revertirse esa situación sino que, además, alargarse en el tiempo.

Por otro lado, y siguiendo con otras conclusiones que arrojan las estadísticas del padrón municipal, un 76% de los jerezanos nacieron en la ciudad; mientras que un 9,06% es oriundo de otra localidad de la provincia. La población extranjera apenas supone el 1,4% del total. En cuanto a la división por sexos, poco más del 51% es mujer. Ahora bien, conforme se avanza en edad crece el número de mujeres.